Revela un paraíso terrenal "salvaje, enigmático, místico y lleno de vida y aventura"
BARCELONA, 12 Mar.
El notero Xavier Aldekoa se adentra en el río Congo para prestar "una observación franca" y plasmar las historias de su gente en el libro 'Quijote en el Congo', en librerías desde el jueves anunciado por Columna en catalán y por Península en español.
En una entrevista con Europa Press, Aldekoa, que a lo largo de los últimos 20 años ha viajado por cincuenta de países africanos enseñando sus enfrentamientos, etnias y tradiciones, ha asegurado que este es el que le ha resultado "más difícil" y complejo, y que no lo podría haber efectuado sin sus años de experiencia anteriores en el lote.
"No valía solo mi mirada", ha remarcado el notero, que para desgranar esas realidades y su contexto de manera mucho más completa incorporó en el libro testimonios de historiadores, artistas y médicos, tal como con una cincuentena de fotografías capturadas durante la aventura y que dejan conocer 'otro' Congo, dijo.
En el libro comparte experiencias, anécdotas, encuentros y desencuentros por los mucho más de 4.700 km que recorrió a lo largo de un par de meses por este enorme río africano, desde sus fuentes hasta la desembocadura, un viaje que emprendió con un ejemplar de 'El Quijote' bajo el brazo, un "compañero de viaje" que le logró sentirse a él como su Sancho Panza y al que hace un guiño en el título.
Ha recordado que a lo largo de ese tiempo tuvo la sensación de haber llegado al máximo muy frecuentemente, con lo que en este momento está contento de "haber seguido adelante, de no bajar los brazos en el momento en que todo lo señalaba y de haber superado esta cadena de óbices".
En el libro asimismo hace una "inmersión en un río que todavía es de los pocos paraísos terrenales: salvaje, enigmático, místico y lleno de vida y aventura", y explicó desde su publicación recibe muchas muestras de respeto y reconocimiento hacia su trayectoria, encomios que agradece.
Para Aldekoa (Barcelona, 1981), desde Europa hay una visión singularmente sesgada del Congo, "que tiene una etiqueta de rincón en desgobierno, en guerra, que amontona todas y cada una esas sombras del conjunto de naciones", y ha reivindicado sus ciudades modernas y enormes intelectuales.
Aunque no desea determinar a su gente como víctimas de unas situaciones, como la pobreza, ha advertido del riesgo de "edulcorar y endulzar una situación que no es así", y ha añadido que se tratan de vidas complicadas, distintas y más que nada bien interesantes.
Precisamente por esta razón considera esencial "dedicarles tiempo para ir mucho más allí", para ganarse su seguridad, llegar a sus rincones mucho más personales y profundidzar en ellos, y ha confesado que intentó redactar este libro con una dedicación y un cariño tal y como si fuera su último.
Preguntado por qué razón aprendizajes se transporta a nivel personal, explicó que recuerda con particular cariño la generosidad de la red social congolesa, "de la que se prosiguen observando las cicatrices de muchos siglos de abusos", y ha señalado que sin esta generosidad no hubiese logrado efectuar el emprendimiento.
Ha opinado que las sociedades occidentales podrían estudiar y adoptar reacciones mucho más espléndidas sin aguardar nada a cambio y "estar mucho más libres a contribuir a el resto de forma mucho más transparente", y se considera un favorecido de haber podido efectuar un emprendimiento tan personal, dijo, sabiendo la precariedad del trabajo.
Después de difundir 'Quijote en el Congo', en este momento tiene múltiples "frentes libres": trabaja en el guion de una obra teatral, en un cuento infantil inspirado en el río Congo y en un emprendimiento sobre el encontronazo del cambio climático en el norte de África y el sur de Europa, y que le va a llevar a viajar próximamente a Egipto y Marruecos.