Sobre CDC, arguye que "se creyeron la versión" de Millet, Montull y compañías
BARCELONA, 20 Feb.
El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha valorado que el asimismo extitular del cargo Jordi Pujol se confundió al realizar pública la presencia de un dinero en Andorra sin declarar que, según explicó, procedió de una herencia de su padre: "Con esa confesión se confundió".
"Difícilmente se va a poder probar que él tuviese un papel activo en este asunto y que tuviese un enriquecimiento personal", ha augurado Mas en una entrevista en 'El Periódico' de este lunes obtenida por Europa Press, donde ha sostenido que los integrantes de la familia Pujol regularon su situación con Hacienda.
Mas ha lamentado que su antecesor "aceptó un coste político que ha trascendido alén de su persona" y ha opinado que transcurrido el tiempo la figura de Pujol va recobrando parte importante de su prestigio y probabilidad, más allá de que no piensa que vuelva a los escenarios anteriores a la publicación de la presencia del dinero.
Ha planteado que "la multitud, equiparando con otros casos y observando lo que queda y que no hay sentencia ni nada de nada, en el final afirma 'quizás se realizó un gra massa'" (se exageró, en español).
Sobre la financiación irregular de CDC, ha argumentado que "se creyeron la versión" del expresidente del Palau de la Música Fèlix Millet, del exnúmero 2 de la institución Jordi Muntull y de las compañías que afirmaron que habían actuado, en sus expresiones.
Mas ha valorado que "la mayor parte" de medidas dentro en el acuerdo institucional contra la corrupción que impulsó se han establecido: ha añadido que este inconveniente no se superó, pero ve un mayor control y conciencia de las implicaciones que tiene en el grupo de la sociedad.
"Se fué instalando esta sensación de prácticas irregulares y de corrupción desde las mucho más altas instancias y esto no es positivo ni aconsejable", ha sobre aviso.
Ha distinguido entre los enriquecimientos a título personal de las irregularidades en la financiación de partidos, tras lo que ha augurado que "si se pusiese a juicio el método de la población sobre el rey emérito, sería considerablemente más duro que el que se hace sobre un partido".
Así, ha argumentado que "la financiación de los partidos está doblegada a controles realmente fuertes", frente a lo que ve irrealizable que las compañías logren dar elementos, y ha alertado del riesgo que a su juicio supondría que las formaciones dependan únicamente del presupuesto público.