El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido talar las palmeras datileras de más de 10 metros de altura de la ciudad, luego de que no se haya esclarecido por qué una de ellas cayó y mató a una joven de 20 años en agosto. Esta decisión se toma debido a la preocupación por la falta de intervención y la incertidumbre sobre cómo detectar si otras palmeras podrían sufrir el mismo destino.
Francesc Jiménez, jefe del gerente de Parcs i Jardins del Ayuntamiento, ha declarado en una rueda de prensa que se procederá a talar las palmeras que superen los diez metros de altura, así como aquellas que superen los cinco metros y tengan las características de la palmera caída en el Raval. Hasta el momento, 308 palmeras se han retirado de un total de 540, habiendo ya sido eliminadas 1.224 de las 2.500 palmeras que existen en la ciudad.
Tanto el informe realizado por una empresa especialista en arbolado como los técnicos del Ayuntamiento han concluido que los únicos factores que podrían explicar la caída son el exceso de peso en la parte superior del árbol debido a la falta de agua. Es por esta razón que Barcelona riega los ejemplares de manera sistemática.