Bomberos de Cataluña detectan miles de edificios con problemas, provocando el colapso de 60 al año.

El arquitecto David Lladó destaca la importancia de mantener en buen estado los edificios para garantizar su durabilidad y seguridad.

BARCELONA, 9 Abr.

El líder del Grupo de Estructuras Colapsadas (Grec) de los Bombers de la Generalitat, Ivan Bagan, ha revelado que los bomberos identifican entre 2.000 y 2.600 edificios con problemas estructurales al año, y que alrededor de 60 edificios colapsan anualmente en Catalunya --incluyendo viviendas, edificios deshabitados o con daños parciales--.

En una entrevista con Europa Press, Bagan explicó que, entre 2020 y 2022, el Grec --un equipo especializado formado por arquitectos e ingenieros-- realizó alrededor de 20 intervenciones por año, mientras que en 2023 la cifra se duplicó llegando a unas 43 actuaciones.

Estas intervenciones son similares a las que tuvieron lugar este año en Badalona (Barcelona), donde tres personas perdieron la vida al derrumbarse un edificio, y en Esplugues de Llobregat (Barcelona), donde se evacuaron a 38 familias de una estructura en ruinas.

Cuando un vecino alerta sobre grietas en su apartamento, se activa el cuerpo local de bomberos para realizar una evaluación y, de ser necesario, el Grec lleva a cabo un desalojo preventivo seguido por la intervención del arquitecto municipal.

Bagan agregó: "Nuestro objetivo es identificar la causa del colapso, ya sea por la caída de un piso, una explosión o por la presencia de agua, así como determinar si existe un riesgo continuo de daños o lesiones. En caso afirmativo, intervendremos de manera urgente".

Antes de actuar, el Grec evalúa tres criterios para decidir si se debe reforzar un edificio: determina si es factible hacerlo, si existe un riesgo evolutivo que pueda causar daños, y si se cuentan con los recursos y la viabilidad técnica requerida.

En caso de que se cumplan los tres criterios, se refuerza la estructura, pero si uno de ellos no es favorable, se acota el área peligrosa y se asegura la propiedad.

El arquitecto y director del Posgrado en Rehabilitación de la Escola Sert del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya, David Lladó, hizo hincapié en la importancia de mantener en buen estado los edificios: "Las personas generalmente no compran un piso más de una vez, por lo que debemos cuidarlo para que dure toda nuestra vida y más. Debemos ir renovando los materiales, ya que, al igual que las personas, los edificios también envejecen".

"Es fundamental entender que al igual que un coche necesita mantenimiento y cambio de aceite, los edificios requieren cuidados similares. Sin embargo, es crucial entender las particularidades de cada edificio, ya que cada uno presenta deficiencias y problemas específicos, tanto en su estructura exterior expuesta a los agentes atmosféricos, como en su interior debido al uso cotidiano", explicó Lladó.

Por esta razón, los edificios residenciales mayores de 45 años deben someterse a la Inspección Técnica de Edificios (ITE) cada 10 años para detectar posibles deficiencias y asegurar su buen estado a largo plazo. Lladó recomendó que esta inspección siempre sea realizada por el mismo experto, ya que "conoce el edificio de antemano".

Respecto a las grietas en los edificios, Lladó resaltó la importancia de identificar su origen y prever las posibles razones detrás de su aparición: "Siempre debemos investigar la causa raíz y abordar el síntoma, que en este caso son las grietas".

Asimismo, destacó que los edificios cuentan con diferentes periodos de garantía: 10 años para las estructuras, tres años para las cubiertas, fachadas e instalaciones, y un año para los acabados como la pintura; y más allá de estos plazos, la responsabilidad recae en los usuarios y propietarios, quienes deben encargarse de su mantenimiento.

Lladó puntualizó que aproximadamente el 50% de las viviendas en Catalunya fueron construidas entre la década de 1950 y 1970, lo que hace que exista "un parque de viviendas envejecido" en la región.