En una decisión que marca un nuevo rumbo para la compañía, el Grupo Celsa ha iniciado el proceso para permitir que un inversor español con un enfoque industrial adquiera un 20% de su capital. Esta información fue anunciada en un comunicado oficial el pasado viernes, revelando así los planes estratégicos de la empresa para reforzar su posición en el mercado.
Esta medida representa un paso significativo en cumplimiento de los acuerdos pactados entre los actuales accionistas de Celsa y el Gobierno, los cuales fueron establecidos cuando estos tomaron el control de la firma. Se trata de una situación que requiere una cuidadosa atención, dado el impacto que la participación de un nuevo inversor podría tener en la gestión futura de la empresa.
Para llevar a cabo esta operación con el rigor necesario, Celsa ha decidido contar con la colaboración de Grant Thornton, que actuará como asesor financiero para determinar el valor justo de mercado. Además, Citigroup ha sido designado como asesor en la colocación privada, lo que subraya la seriedad con la que la empresa aborda esta transacción clave.
En un movimiento estratégico, la semana anterior, Celsa llevó a cabo la venta del 100% de sus filiales ubicadas en el Reino Unido, Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca a Seven Global Investments, por un total de 600 millones de euros. Esta medida tiene como objetivo principal reducir la carga de endeudamiento que enfrenta la empresa, un paso que es sin duda crucial en el actual entorno económico.
La desinversión forma parte de la implementación de un plan de reorganización más amplio que Celsa ha estado llevando a cabo. Esta estrategia también incluye una reciente ampliación de capital social y el lanzamiento de un plan destinado a mejorar la eficiencia operativa, reflejando un enfoque proactivo ante el desafío de optimizar su funcionamiento y asegurar su viabilidad a largo plazo.
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