La fotógrafa Pilar Aymerich ha lanzado un nuevo libro titulado "La Barcelona de Pilar Aymerich" con motivo de su 80 cumpleaños. Esta obra visual recopila casi 250 fotografías que evocan la Barcelona de los años 60, 70 y 80 del siglo XX, acompañadas de escritos que reflejan la visión de Aymerich sobre aquella época.

En una entrevista con Europa Press, Aymerich ha recordado que la Barcelona de aquel entonces era una ciudad revolucionaria, llena de efervescencia y con muchos derechos aún por conquistar después del franquismo. Sin embargo, ha señalado que en la actualidad, esta efervescencia es más moderada y existe cierto desencanto en las grandes ciudades. Aunque confía en que la sociedad volverá a rebelarse y reclamar mejoras.

Al ser preguntada sobre cómo le gustaría ser recordada, Aymerich ha expresado su deseo de ser reconocida como una fotógrafa que veía la realidad con ojos de mujer y que intentó transmitir esa mirada a las generaciones futuras. Además, se ha definido como una fotógrafa urbana y feminista, que buscaba plasmar el resurgimiento de las mujeres y su lucha por mejorar un mundo que no estaba bien.

En cuanto a la situación actual, Aymerich ha alertado sobre el machismo encubierto que existe en la sociedad y ha destacado la importancia de la educación en la solución de este problema. También ha advertido sobre el retroceso en las leyes que protegen los derechos de las mujeres en algunos países.

Aymerich ha explicado que su nuevo libro contiene una gran cantidad de fotografías inéditas, organizadas en secciones que abordan temas como la movilización y resistencia obrera, manifestaciones feministas y la vida en la prisión de la Trinitat. Además, dedica una sección a retratos de figuras destacadas de la época.

La fotógrafa ha defendido que una fotógrafa debe estar informada y tener una amplia cultura, y ha afirmado que la fotografía siempre es subjetiva, ya que refleja la realidad de cada fotógrafo. Por último, ha revelado que tiene varios proyectos pendientes, entre ellos uno centrado en las mujeres de su edad y sus experiencias, ya que considera que la vida no se acaba a los 80 años, sino que puede enriquecer aún más la visión del mundo.