El jefe de la Unidad de Quemados afirma que preocupan las olas de calor que tienen la posibilidad de ocasionar "catástrofes"
BARCELONA, 23 Jun.
El jefe de la Unidad de Quemados del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, Juan Pedro Barret, explicó que de año en año a lo largo de la noche de Sant Joan atienden a unas 40 personas quemadas graves en Catalunya, y ha apelado a la compromiso y "a realizar un óptimo empleo de los petardos y con los pies en el suelo".
En una entrevista de Europa Press este jueves, Barret ha asegurado que "la multitud cada vez está mucho más concienciada con el riesgo de los petardos", merced al incremento de las cuestiones de inseguridad de las compañías de pirotecnia y a la información libre.
Asimismo, Barret ha detallado que las primordiales víctimas por quemaduras a lo largo de la verbena son los jovenes hombres de unos 16 años, si bien asimismo hay jóvenes que se queman por estimar saltar fogatas, "más que nada extranjeros, que no son tan precavidos y no ven la peligrosidad de esta práctica".
También ha destacado otro perfil de víctimas, los pequeños pequeños de menos de diez años, que tienen la posibilidad de padecer amputaciones de dedos o lesiones oculares por los petardos, con lo que cree que es primordial "que estén supervisados por mayores".
Ha sugerido a quienes festejen la verbena de Sant Joan que tengan cerca botellas de agua o algún lugar donde logre haber agua corriente, puesto que el primer auxilio por las quemaduras es ponerse agua fría para enfriar la región de manera rápida y eludir el peligro de lesiones de las células y los tejidos.
Si a alguien se le quema la ropa, ha manifestado que no se le debe tirar agua, "por el hecho de que puede padecer una hipotermia", y que se le debe poner una manta o una toalla para extinguir las llamas y llamar a emergencias.
Barret explicó que en el momento en que un individuo se quema, primero es atendida por el Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) o por un Centro de Atención Primaria (CAP) y, que, más tarde, si los efectivos lo piensan por la gravedad de las lesiones, los trasladan hasta la Unidad de Quemados de la Vall d'Hebron.
"La incidencia de la gente con quemaduras que precisan ser ingresadas a una unidad de quemados es de unas 3-4 personas por cada cien.000 pobladores por año. Es decir, esto quiere decir que la multitud que se quema con gravedad en Catalunya son unas 550 de media por año, si bien a lo largo del confinamiento domiciliario redujeron un tanto", ha añadido.
Barret ha manifestado que antes de la pandemia había épocas del año donde había mucho más quemados pero que, tras la pandemia, observan un cuidado prominente de capital a lo largo de todos y cada uno de los meses: "Nuestra percepción es que la multitud se quema mucho más. Estamos mucho más activos y indudablemente deseamos recobrar un tiempo perdido, y debemos comprender que el tiempo perdido no se está recuperando, debemos gozar de manera segura".
Respecto al cambio climático, ha asegurado que con las olas de calor como la de la semana anterior probablemente halla incendios simultáneos, por el hecho de que la vegetación está muy seca.
"Nos preocupa por el hecho de que probablemente halla un número exagerado de incendios y no contamos suficientes elementos. Es muy alarmante, por el hecho de que se puede llegar al punto en el que ciertos fuegos se deban dejar abrasar cerca de zonas habitadas por la carencia de efectivos. Esto es poco a poco más recurrente y alarmante, pues en el final tenemos la posibilidad de padecer una catástrofe", ha zanjado.