La periodista Nuria Vázquez Chimeno ha dado un emocionante paso en su carrera al publicar su primer libro de poesía titulado 'El mar cicatriza', editado por Loto azul. En esta obra, Vázquez aborda su proceso de reconstrucción personal, un viaje íntimo que lleva a cabo con la valiosa colaboración de su hermana Mercè, quien ha aportado ilustraciones que enriquecen y complementan el contenido poético. La autora ha declarado a Europa Press que este libro no tenía la intención de ser publicado, sino que surgió como parte de una terapia necesaria para ella: "necesitaba parar, escucharme y soltar".

En este nuevo registro, Vázquez se aleja de su estilo narrativo habitual, que había desarrollado en sus tres libros previos, donde exploraba su experiencia como cronista de sucesos en un formato más clásico. 'El mar cicatriza' se convierte en su primera incursión en el mundo de la poesía, y cuenta con un prólogo del periodista Jordi Benavente, quien elogia la resistencia y la resiliencia de la autora. Vázquez, por su parte, utiliza una poderosa metáfora para expresar su vivencia, comparándola con piezas de porcelana que, a pesar de estar rotas, son reunidas con resina de oro en un arte japonés conocido como 'kintsugi'.

La escritora confiesa que siempre ha sido una ávida lectora de poesía, abarcando obras de clásicos y poetas contemporáneos. Sin embargo, hasta este momento, no se había atrevido a plasmar sus propios sentimientos en verso. Su devoción por Federico García Lorca es palpable y siente que es uno de sus referentes más influyentes: "No sólo por su poesía, sino también por su teatro. Me fascina cómo supo tratar temas tan complejos en una época tan convulsa. Lorca fue un maestro al describir la España rural y un precursor en la denuncia de las condiciones que enfrentaban las mujeres en su sociedad: la culpa, el autocastigo y el luto eterno", asevera la autora, quien tiene previsto presentar su libro este viernes a las 19.00 horas en la librería Barra/Llibre de Barcelona.

Nuria Vázquez también se sincera sobre su experiencia como periodista, donde ha estado acostumbrada a explorar los sentimientos de los demás en lugar de los propios. "Siempre es más fácil hablar de los demás; tú eres quien se adentra en sus emociones, mientras que ellos no pueden ver las tuyas", explica. Por este motivo, siente un respeto genuino por la publicación de este libro, ya que se trata de su obra más personal, aunque también la describe como liberadora, ya que le permite mostrar una faceta que había mantenido oculta durante mucho tiempo.

La colaboración con su hermana, la pintora Mercè V. Chimeno, conocida como 'Livingmurs', ha añadido una capa especial a este proyecto. Mercè no solo ilustró el libro, sino que fue una fuente de inspiración, surgiendo la idea en un momento crucial para la autora. Sus ilustraciones no solo reflejan los textos de Vázquez, sino que también se nutren de las conversaciones y la relación íntima que comparten. “Lo que más admiro de ella es su capacidad para profundizar en mi propia intimidad: yo puedo escribir sobre un estado de calma, y ella logra capturar el trasfondo del agotamiento que precede a esa calma y lo expresa a través de una imagen de un barco varado y dañado”, señala.

En un sentido más profundo, Vázquez se suma al debate sobre el rol de la poesía en el proceso de sanación: "La poesía abre heridas cuando te sientas a escribir y las cierra una vez que has terminado". Para ella, el mar es un símbolo vital; se identifica con él, confesando que es de esas personas que disfrutan bañándose en febrero. "Cuanto más me adentro en el agua y me alejo de la orilla, más en paz me siento", reflexiona.

Para concluir su intervención, Vázquez añade: "El mar es también el lugar donde, de pequeños, nos hacían entrar para curar nuestras heridas". Esta conexión tan profunda con el mar y su proceso de sanación resuena a lo largo de su obra, invitando al lector a navegar por sus propias corrientes emocionales.