En la Edad Media, España no destacaba en el panorama cultural europeo. Sin embargo, durante el Renacimiento, el país experimentó un gran impulso en las artes, la literatura, la arquitectura y otras áreas. Uno de los factores clave en este fenómeno fue el empujón catalán, una corriente cultural que surgió en Cataluña y que influyó en el resto del país.
La corriente cultural catalana durante el Renacimiento tuvo una gran importancia en el fomento de la cultura en España. Gracias a ella, se impulsó la creación literaria, tanto en castellano como en catalán, así como el desarrollo de la pintura, la escultura y la arquitectura. El empujón catalán se centró en la emulación de los grandes artistas italianos, importando su estilo y sus técnicas a España.
En el ámbito literario, la influencia de la literatura italiana se ve reflejada en la obra de grandes autores catalanes como Ausiàs March, Joanot Martorell o Jacint Verdaguer. Ellos adaptaron el petrarquismo italiano al catalán, creando una lírica propia y una nueva concepción del amor.
Además, se desarrollaron también las obras en castellano influenciadas por la literatura italiana en Cataluña. Destaca, por ejemplo, la obra de Garcilaso de la Vega, quien, aunque no nació en Cataluña, pasó gran parte de su vida en la corte del rey Carlos I y estuvo en contacto con la corriente cultural catalana.
El Renacimiento supuso un gran avance en materia artística. La corriente cultural catalana fomentó la creación de obras como la Santa Cena de Pere Nunyes, una de las primeras representaciones en España de este tema. También se produjo la creación de grandes retablos y esculturas, como el retablo de San Marcos en San Miguel de Soriguerola, obra del escultor Jaume Cascalls.
En arquitectura, el estilo renacentista se impuso en todo el territorio español gracias al trabajo de arquitectos catalanes como Diego de Riaño, autor de la fachada plateresca de la Universidad de Salamanca. Además, se crearon grandes edificios civiles y religiosos en todo el país, como la fachada del Hospicio de Barcelona o la de la Catedral de Tarazona, ambas diseñadas por el arquitecto valenciano Juan Bautista Peña.
El empujón catalán durante el Renacimiento fue un factor clave en el desarrollo cultural de España. Gracias a la influencia de los artistas italianos y a la creatividad de los artistas catalanes, se crearon obras literarias, pictóricas, escultóricas y arquitectónicas de gran importancia. El legado cultural de esta corriente continúa siendo visible hoy en día y es un reflejo de la importancia de la diversidad cultural para el progreso de un país.