Crónica Cataluña.

Crónica Cataluña.

Tornillos, columnas y hierro: Ingeniería y arquitectura unidas en el Mercado de Santa Caterina

Tornillos, columnas y hierro: Ingeniería y arquitectura unidas en el Mercado de Santa Caterina

Una nueva etapa para el Mercado de Santa Caterina

Desde su inauguración en 1845, el Mercado de Santa Caterina ha sido un referente de la vida comercial y social de Barcelona. Ubicado en el barrio del Born, este mercado se ha caracterizado por su arquitectura en forma de cruz griega y su colorido tejado ondulado, que le dan un carácter único. Sin embargo, con el paso del tiempo, el mercado ha ido sufriendo las consecuencias del uso y del clima, por lo que se ha hecho necesaria una renovación. Esta renovación ha sido llevada a cabo por el arquitecto Enric Miralles, cuyo proyecto ha sido ampliamente aclamado por su integración con el entorno y con el edificio original. Una de las principales novedades del mercado ha sido la incorporación de una estructura metálica que cubre toda la superficie del mismo, permitiendo el uso de la terraza como espacio público y favoreciendo la entrada de luz natural en el interior.

La importancia de la ingeniería en la renovación del mercado

Sin embargo, la renovación del Mercado de Santa Caterina no se habría llevado a cabo sin el importante papel de la ingeniería. En este sentido, cabe destacar el trabajo de las empresas encargadas de la construcción de la estructura metálica y de la adaptación de los sistemas de ventilación, climatización y electricidad. La construcción de la estructura metálica ha sido un desafío en sí misma. En primer lugar, ha sido necesaria la elaboración de un plan detallado de la cobertura de la estructura, con cálculos precisos de la resistencia de los materiales y de las cargas a soportar. En segundo lugar, ha sido necesario fabricar la estructura en taller, para posteriormente trasladarla a la ubicación definitiva y rematar los detalles y uniones in situ. Además, la adaptación de los sistemas de ventilación, climatización y electricidad ha requerido de la intervención de ingenieros especializados en cada una de estas áreas. En el caso de la ventilación, se ha optado por un sistema de ventilación mecánica controlada, que permite regular la entrada y salida de aire en función del clima exterior y del uso del mercado. En cuanto a la climatización, se ha optado por un sistema de bomba de calor y enfriador, que permite mantener una temperatura estable en el interior del mercado durante todo el año. En cuanto a la electricidad, se ha adaptado la red para garantizar el suministro necesario para el correcto funcionamiento del mercado y para el uso del espacio público exterior.

La unión entre ingeniería y arquitectura

La renovación del Mercado de Santa Caterina ha puesto de manifiesto la importancia de la unión entre la ingeniería y la arquitectura. Sin la colaboración de ambas disciplinas, no se habría conseguido un resultado satisfactorio. En este caso, la arquitectura de Enric Miralles ha sido la base sobre la que se han sustentado los desafíos técnicos planteados por la renovación. En este sentido, cabe destacar la importancia del trabajo en equipo y de la comunicación fluida entre los ingenieros y arquitectos implicados en el proyecto. La participación de los ingenieros en las distintas fases del proyecto, desde la elaboración de los planos hasta la ejecución de la obra, ha sido fundamental para asegurar la viabilidad y seguridad de la estructura.

Conclusiones

La renovación del Mercado de Santa Caterina ha sido un proyecto ambicioso en el que la ingeniería y la arquitectura han trabajado en conjunto para conseguir un resultado satisfactorio. La incorporación de una estructura metálica ha permitido renovar y mejorar la imagen del mercado, además de convertirlo en un nuevo espacio público. La importancia de este proyecto radica también en su impacto social y económico en el barrio del Born. El mercado ha recuperado su función comercial y ha vuelto a ser un punto de encuentro y referencia para los vecinos. La unión entre ingeniería y arquitectura ha vuelto a demostrar su eficacia en la transformación de un edificio histórico como el Mercado de Santa Caterina en un espacio actual y funcional.