Crónica Cataluña.

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La fundación de Barcelona como ciudad romana

La fundación de Barcelona como ciudad romana

Antecedentes históricos:

La ciudad de Barcelona tiene sus orígenes en la antigüedad, específicamente en la época romana. Antes de su fundación como ciudad romana, la región estaba habitada por diferentes pueblos íberos, como los layetanos y los ceretanos, que mantenían contactos comerciales con griegos y cartagineses.

Con la llegada de los romanos a la península ibérica en el siglo III a.C., la región de Cataluña pasó a formar parte del Imperio Romano. Los romanos fundaron colonias y establecieron un sistema administrativo que marcó el comienzo de la romanización de la región.

La fundación de Barcino:

La ciudad de Barcelona fue fundada por los romanos en el siglo I a.C. Durante la época imperial, la ciudad fue conocida como Barcino y se convirtió en un importante centro administrativo y comercial en la región.

La fundación de Barcino se atribuye al general romano Quinto Servilio Cepión, quien estableció la colonia en un lugar estratégico, cerca del mar y con fácil acceso a las rutas comerciales. La ciudad fue construida siguiendo el modelo romano, con calles rectas, edificios públicos y una muralla para protegerla de posibles invasiones.

Urbanismo de Barcino:

La ciudad de Barcino se organizaba en torno a dos ejes principales, el cardo y el decumanus, que se cruzaban en el centro de la ciudad, donde se encontraba el foro romano. A lo largo de estas calles se ubicaban los edificios públicos, como el templo de Augusto, las termas y el teatro romano.

Además, Barcino contaba con una muralla que la protegía de posibles ataques y que aún se puede visitar en la actualidad en diferentes puntos de la ciudad. Esta muralla fue construida en el siglo IV d.C. durante la época tardorromana y estaba formada por torres defensivas y puertas de acceso.

La vida en la ciudad romana:

La vida en Barcino estaba marcada por la influencia romana, tanto en aspectos arquitectónicos como en costumbres y tradiciones. La ciudad era un importante centro de comercio, con mercados y talleres artesanales donde se producían cerámica, vidrio y objetos de metal.

Además, la ciudad contaba con una red de acueductos y cloacas que garantizaban el abastecimiento de agua y la gestión de residuos. En cuanto a la sociedad, Barcino era una sociedad multicultural, donde convivían romanos, íberos, griegos y cartagineses, lo que enriquecía la vida cultural de la ciudad.

Legado romano en Barcelona:

La presencia romana en Barcelona dejó un importante legado que se puede apreciar en la actualidad. Además de la muralla romana, todavía se pueden ver restos de edificios romanos, como el templo de Augusto y el circo romano, en diferentes puntos de la ciudad.

Además, el urbanismo de la ciudad aún conserva la estructura romana, con calles rectas y plazas alrededor de las cuales se desarrolla la vida cotidiana. Este legado romano ha marcado la identidad de Barcelona como ciudad y ha sido valorado y protegido a lo largo de los siglos.

Conclusión:

La fundación de Barcelona como ciudad romana marcó un punto de inflexión en la historia de la región, sentando las bases para su desarrollo como uno de los principales centros urbanos del Mediterráneo. La influencia romana en la arquitectura, la sociedad y la cultura de la ciudad sigue siendo visible en la actualidad, contribuyendo a enriquecer la identidad de Barcelona como ciudad histórica y cosmopolita.