El expresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha declarado recientemente que no se arrepiente de haber convocado elecciones hace un año, insistiendo en que su decisión no fue motivada por la sequía que afectaba a Catalunya en ese momento.

En una entrevista emitida en 'Ser Catalunya' y recogida por Europa Press, Aragonès subrayó la importancia de que los partidos ERC y Junts se coordinan en las negociaciones con el Estado. Afirmó que es un buen momento para maximizar los resultados para Catalunya, aunque es consciente de la dificultad de que todos estén en la misma mesa de negociación.

A pesar de su pesimismo, el exmandatario hizo hincapié en que la anterior administración aprovechó la oportunidad de dialogar con el gobierno español. Criticó a Junts por sus reproches hacia ERC, asegurando que sus acciones actuales son equivalentes a lo que ellos hicieron en su gobierno.

Respecto a Carles Puigdemont, exlíder de Junts, Aragonès expresó dudas sobre la relevancia de su regreso a Catalunya, aunque reiteró que la raíz del problema persiste en la falta de aplicación de una ley de amnistía.

El expresidente también describió la agenda política de su partido como una extensión de su gestión anterior, destacando temas como la financiación singular, la reducción de la deuda autonómica y ajustes fiscales que considera logros significativos.

En cuanto a su vinculación con Oriol Junqueras, líder de ERC, Aragonès la calificó como correcta, mencionando una reunión reciente para profundizar en sus temas de colaboración.

Al referirse a su gestión de las elecciones pasadas, Aragonès fue tajante al afirmar que no debería haber ningún arrepentimiento y sostuvo que la convocatoria no respondía a la sequía, sino al temor a un posible "bloqueo" político.

El expresidente remarcó que su partido había vivido un ciclo electoral complicado que, a su juicio, marcó el fin de una etapa en que el independentismo tenía una capacidad de acción significativa.

Sobre la falta de aprobación de presupuestos, Aragonès alertó que esto tendría repercusiones para la ciudadanía, aunque optó por no comentar la postura de ERC en esta materia, destacando que la responsabilidad recae en el gobierno actual.

Con relación al polémico tema de la ampliación del Aeropuerto de Barcelona-El Prat, el exmandatario consideró que desde un inicio debería haber habido una oposición contundente frente a las presiones de entidades como AENA, sugiriendo que debió haber sido más firme desde el comienzo.

Finalmente, respecto al pacto nacional por la lengua y la negativa de algunas formaciones a participar, Aragonès abogó porque todos los actores políticos se involucren, afirmando que las medidas propuestas son una continuación de su trabajo en la presidencia.