El FROB rechaza la estrategia de remuneraciones del consejo de CaixaBank

BARCELONA, 11 de abril.

En un importante encuentro celebrado en el Palau de Congressos de Valencia, la Junta General de Accionistas de CaixaBank ha dado el visto bueno a la renovación de su consejo de administración. Esta elección ha traído consigo la incorporación de cinco nuevos consejeros y la reelección de otros tres integrantes del consejo.

El evento contó con la participación de 76.720 accionistas, representando el 82,79% del capital social de la entidad. Los nuevos miembros del consejo incluyen a Rosa María García, Luis Álvarez y Bernardo Sánchez como consejeros independientes, además de Pablo Forero, quien se integra como consejero externo, y José María Méndez, propuesto por la Fundación "la Caixa".

Asimismo, se reeligió a Koro Usarraga Unsain (consejera independiente), Fernando Maria Costa Duarte Ulrich (consejero externo) y Teresa Santero Quintillá (propuesta del FROB y BFA). Los accionistas también dieron su respaldo a las cuentas anuales de 2023 y a la gestión del consejo durante el último ejercicio fiscal.

No obstante, el FROB, segundo mayor accionista de CaixaBank, se opuso a la nueva política de remuneraciones del consejo, de manera similar a su postura en 2024. Fuentes del Ministerio de Economía han aclarado que esta negativa no refleja descontento con la gestión del banco, sino una práctica interna que impide apoyos a los aumentos salariales superiores a los del personal empleado.

En cuanto a los dividendos, la Junta aprobó una distribución complementaria de 2.028 millones de euros, lo que se traduce en un pago de 0,2864 euros por acción fijado para el 24 de abril de 2025. Este segundo abono, sumado al dividendo provisional de 0,1488 euros por acción pagado en noviembre, aumenta la remuneración total al accionista en efectivo para 2024 a 0,4352 euros brutos por acción, evidenciando un incremento del 11% en comparación con el año anterior.

La entidad destinará un total de 3.096 millones de euros a dividendos, alcanzando un 'payout' del 53,5%. Además, se incluirán las recompras de acciones anunciadas, sumando un total de 500 millones de euros en cuatro operaciones, lo que elevará la distribución total a casi 5.100 millones de euros.

Durante el turno de intervenciones, representantes sindicales expresaron su descontento con las políticas de retribución a los accionistas, demandando un trato equitativo en términos salariales para los empleados. Begoña Peiró, de SECB, advirtió sobre la presión comercial que ejerce sobre los trabajadores, la cual considera insostenible y perjudicial para su salud y la calidad del servicio.

Por su parte, Sara Cutanda de CC.OO. criticó las continuas presiones sobre el personal y la discrepancia entre los incrementos propuestos para el consejo y la situación salarial del resto de los trabajadores. Raquel Ruiz, de UGT, coincidió en destacar que los aumentos no se reflejan en la plantilla y que los mandos intermedios a menudo ajustan unilateralmente la retribución variable.

La tensión también llegó desde sindicatos más pequeños, que cuestionaron la creciente presión comercial sobre los empleados y el aumento previsto para los consejeros. Muniesa, defendiendo el incremento salarial propuesto para el consejero delegado Gortázar, aludió a que la suma total de sus salarios en 2025 será similar a la de su predecesor y el anterior presidente de la entidad en 2024.

Gortázar afirmó que es necesario mantener exigencias en el trabajo, aunque de forma responsable, y comentó sobre la importancia de cuidar el bienestar de los empleados. Además, la activista María Fraile criticó la relación de CaixaBank con la industria armamentística y su papel en el contexto actual. Gortázar rechazó estas acusaciones, insistiendo en que la entidad se adhiere a una política de respeto a los derechos humanos y no colabora con empresas involucradas en armamento controvertido.