En Barcelona, un grupo de sindicatos y organizaciones ha reclamado la comparecencia de la consellera de Interior y Seguridad Pública, Núria Parlon, junto al director de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, para que aclaren el controvertido uso del gas pimienta durante una manifestación a favor de Palestina. Este episodio se produjo el miércoles en las cercanías de la estación de Sants, donde los manifestantes se congregaron para expresar su apoyo a Gaza.
Durante una rueda de prensa reciente, los representantes de la coalición Prou Complicitat amb Israel, Boicot ICL y otros grupos, criticaron el que consideran un uso excesivo de la fuerza por parte de la policía, señalando que el gas pimienta se está utilizando como la primera opción en situaciones que podrían solucionarse de manera pacífica.
Esta solicitud de aclaraciones se suma a la planteada por los grupos políticos ERC, Comuns y CUP, quienes también exigieron que Parlon y Trapero se presenten en el Parlament para explicar la actuación de la policía, que aparentemente lanzó gas pimienta a manifestantes que estaban llevando a cabo una "resistencia pacífica" en el contexto de una protesta contra la presencia de un equipo de baloncesto israelí en la ciudad.
El conflicto tuvo lugar en un momento crítico, horas antes de que una manifestación más amplia, que congregó a alrededor de 50,000 personas según los organizadores, comenzara su recorrido. Miembros de Som Defensores relataron que aproximadamente 40 personas se sentaron pacíficamente en el suelo, momento en el que fueron atacadas con spray de gas pimienta apuntando directamente a sus rostros, lo que generó un ambiente de tensión y sorpresa entre los presentes.
Anaïs Franquesa, de Som Defensores, ha subrayado que los policías involucrados no mostraban su número operativo, un requisito mandatorio desde 2014 que tendría que servir para identificar y rendir cuentas a los responsables de tales acciones. Este hecho es visto por Franquesa como un indicativo de la falta de transparencia de la policía en su actuación.
Asimismo, David Caño, miembro de la Taula Sindical de Catalunya, criticó que, en una jornada marcada por protestas, las autoridades priorizaran el evento deportivo por encima del derecho a la manifestación, subrayando que el deber de garantizar los piquetes y la libre expresión debería haber sido una prioridad.
Con respecto al uso del gas pimienta, representantes de diferentes organizaciones han manifestado su intención de continuar movilizándose ante lo que consideran una normalización peligrosa de esta práctica. Maria Espriu, de la Confederació Sindical d'Habitatge, y Alys Samson, de Prou Complicitat amb Israel, coincidieron en que es inaceptable que no se realizaran advertencias previas antes de la utilización de dicho gas.
Hasta el momento, se ha informado que cerca de 40 personas requirieron atención médica después de que los mossos intervinieran, presentando síntomas de irritación y, en algunos casos, contusiones. La alarma por el uso de la fuerza policial ha llevado a estos grupos a considerar acciones legales en respuesta a lo sucedido.
Desde la Plataforma Antirepressiva de Barcelona, la abogada Alejandra Matamoros ha indicado que el uso del gas pimienta ha aumentado durante las recientes protestas, señalando que en varias ocasiones las fuerzas del orden han utilizado esta herramienta de disuasión de manera reiterativa. Según su relato, los detenidos, en su mayoría menores y gente de diversas etnias, fueron arrestados indiscriminadamente, lo que ella califica como una represión sistemática de quienes se manifiestan.
Por todo lo anterior, se ha convocado una concentración este viernes por la tarde en la Rambla de Badal como forma de protesta contra la violencia policial y en apoyo a las víctimas de esta reciente represión.
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