Crónica Cataluña.

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Cinco años del accidente de Iqoxe en Tarragona: avances en seguridad y nuevas demandas de mejora.

Cinco años del accidente de Iqoxe en Tarragona: avances en seguridad y nuevas demandas de mejora.

En un contexto de constante evolución y aprendizaje tras la tragedia ocurrida en la planta de Iqoxe, ubicada en el polígono petroquímico de La Canonja, Tarragona, la empresa ha decidido realizar una inversión significativa de 40 millones de euros enfocados en la reconstrucción de sus instalaciones y la modernización de su sistema de seguridad. Este acto de responsabilidad se enmarca en el quinto aniversario del accidente que se cobró la vida de tres personas en enero de 2020.

El incidente, que tuvo lugar debido a un fallo en uno de los reactores, ha llevado a la compañía a tomar acciones contundentes. Durante estos cinco años, Iqoxe ha implementado una serie de inversiones destinadas a mejorar la seguridad tanto de sus procesos como de sus trabajadores. Esto incluye la adquisición de nuevas tecnologías, así como la actualización de su infraestructura para prevenir futuros accidentes.

Entre las medidas adoptadas, la empresa ha renovado y mejorado su sistema de protección y extinción de incendios, incorporando avanzados detectores de gases y tecnología de detección de llamas mediante infrarrojos. Además, se ha implementado un nuevo sistema que permite rociar agua pulverizada de manera eficiente en caso de emergencia.

Por otro lado, Iqoxe también ha establecido un sistema de respaldo para el proceso productivo y ha desarrollado una planta piloto que permite realizar simulaciones de producción y ofrecer formación continua a sus empleados, demostrando así un compromiso con la educación y la preparación frente a incidentes potenciales.

Sin embargo, esta tragedia no solo dejó huellas en la compañía, sino también en la regulación del sector. La Generalitat de Catalunya impuso a Iqoxe una sanción de 2,1 millones de euros, reflejando la gravedad de las infracciones en materia de seguridad industrial. A su vez, la justicia abrió un procedimiento judicial contra los directivos de la empresa que estaban en funciones en el momento del accidente.

A pesar de estas inversiones, la inquietud persiste entre los sindicatos CC.OO. y UGT de Catalunya, quienes claman por una mayor formación para los trabajadores del sector industrial y un acceso a más información para la ciudadanía, especialmente en lo relacionado con incidentes de naturaleza química.

El responsable de CC.OO. en la provincia de Tarragona, Pedro Carmona, expresó su preocupación por el hecho de que, entre los simulacros realizados, muchas empresas químicas no estén llevando a cabo las medidas correctivas necesarias. Destacó que, aún en la actualidad, un número considerable de trabajadores carece del conocimiento apropiado sobre cómo actuar en caso de emergencias.

Joan Llort, secretario general de UGT en Tarragona, argumentó que la desinformación es exacerbada por la alta cantidad de trabajadores subcontratados en tareas de limpieza y seguridad, quienes frecuentemente no reciben la misma formación que los empleados directos de la industria química. Abogó por su inclusión en los programas de formación, subrayando la necesidad de que estos trabajadores estén debidamente informados.

Además, Llort propuso que la formación debería extenderse a la comunidad vecina a la planta, sugiriendo la implementación de campañas informativas que puedan ser tanto presenciales como digitales, un proceso que, según él, ha avanzado muy lentamente en los últimos años.

Carmona coincidió en la importancia de realizar campañas informativas más efectivas y criticó las narrativas que alimentan el miedo a la industria química. Según él, el verdadero temor proviene de la falta de formación y conocimiento sobre los riesgos: “No se trata de temer a la industria, sino de estar informados y preparados para cualquier eventualidad”, afirmó.

En respuesta a este trágico acontecimiento, el Gobierno de la Generalitat ha desarrollado el Plan de Emergencia Exterior del Sector Químico de Tarragona (Plaseqta), el cual busca abordar y coordinar las emergencias en la región de manera más efectiva. Este denominado plan incluye la reciente instalación de sirenas de riesgo químico en el Puerto de Tarragona, completando así una red de alarma que ahora cuenta con un total de 121 sirenas.

La finalización de esta red de sirenas tiene como objetivo garantizar la seguridad de todas las áreas urbanas cercanas a las zonas potencialmente peligrosas, conforme a lo estipulado por los estudios de seguridad industrial. Además, está prevista la colocación de 587 sensores en el Camp de Tarragona, que tendrán la función de detectar diversas sustancias químicas en el aire, potencialmente tóxicas, con el fin de asegurar un entorno más seguro para los ciudadanos.