La emblemática ciudad de Barcelona se alista para ser el centro de atención mundial en 2026 con su designación como Capital Mundial de la Arquitectura. En una reciente conferencia de prensa, el alcalde Jaume Collboni destacó la importancia de esta distinción, subrayando su objetivo de ser una potente herramienta de sensibilización sobre los beneficios de la transformación urbana en la ciudad.

Junto a Collboni, se encontraban la consellera de Territori, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque, el secretario general de Agenda Urbana, Iñaqui Carnicero, y la arquitecta jefa de la ciudad, Maria Buhigas. El alcalde enfatizó que la programación de eventos está diseñada para el público general, involucrando a colegios profesionales y museos, y no solo a las instituciones, lo que permitirá que todos los ciudadanos comprendan y se enriquezcan de la experiencia.

Collboni invitó a los ciudadanos a adoptar la perspectiva de un arquitecto o urbanista, sugiriendo que esta visión puede ayudar a valorar el impacto del urbanismo en la calidad de vida. Reiteró la necesidad de asegurar que la ciudad sea un lugar donde sus habitantes puedan residir de manera sostenible y resiliente frente al cambio climático.

Además, el alcalde quiso dejar claro que la celebración de la capitalidad será independiente del Congreso Mundial de Arquitectura que tendrá lugar el próximo año, un evento que se centrará exclusivamente en los profesionales del sector.

Sílvia Paneque, por su parte, hizo hincapié en la relevancia de preservar la identidad urbana, sugiriendo que este aspecto puede ser tan esencial como la protección de otros símbolos culturales. Sostuvo que la arquitectura representa algo más que simples estructuras; es un reflejo de la cultura, la salud y la convivencia en sociedad.

La consellera también destacó la necesidad de colaborar entre administraciones para recuperar espacios y edificios, enfatizando criterios de sostenibilidad y salud en estos esfuerzos. La Generalitat juega un papel crucial, no solo a través de la cofinanciación, sino alineando sus objetivos con los intereses de la ciudadanía.

En términos de reconocimiento global, Paneque señaló que la arquitectura de Barcelona se ha consolidado como uno de los emblemas de Catalunya en el ámbito internacional. Subrayó la necesidad de construir ciudades abiertas e inclusivas, recordando la historia de Catalunya como un cruce de culturas y la importancia de crear una ciudad donde todos puedan pertenecer.

Iñaqui Carnicero sostuvo que el estatus de capitalidad mundial colocará a Barcelona en el epicentro del debate global sobre arquitectura, lo que abrirá un espacio para reflexionar sobre cómo deseamos vivir en estos entornos urbanos. En un contexto de crisis climática y habitacional, mencionó que la arquitectura es parte integral de las soluciones necesarias, y confía en que 2026 dejará un legado positivo en la ciudad.

Por último, Maria Buhigas resaltó el poder transformador de la arquitectura y el urbanismo en la política pública. Afirmó que el proyecto es un esfuerzo colectivo que busca visibilizar y valorar la labor de los profesionales que están guiando el cambio en la ciudad, cerrando con un mensaje de entusiasmo y colaboración para el futuro.