El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha lanzado hoy la cuarta edición del 'Fòrum d'Habitatge i Rehabilitació', un evento que se extenderá hasta el viernes en el recinto de Palo Alto. Durante la inauguración, Collboni destacó la urgente necesidad de regular el mercado inmobiliario, afirmando que "no ha sabido autorregularse". Esta cuestión se ha convertido en un tema candente, particularmente en lo que respecta a la accesibilidad de la vivienda en la capital catalana.

Collboni subrayó la necesidad de que la administración entre en acción, argumentando que el acceso a la vivienda ha estado dominado mayormente por las leyes del mercado privado. Según él, esta realidad ha llevado a una situación insostenible para muchos residentes de Barcelona, quienes se encuentran con dificultades para encontrar un hogar asequible en la ciudad.

El alcalde, sinceramente preocupado por el tema, enfatizó que la vivienda es una de las prioridades del Ayuntamiento desde su llegada al cargo. Como prueba de su compromiso, recordó la firma de un decreto que declara a Barcelona como "ciudad tensionada", un paso que responde a la creciente crisis habitacional en la región.

Dentro de sus propuestas, Collboni aboga por la implementación de medidas regulatorias a través del 'Pla Viure', así como por la prohibición de nuevas licencias para pisos turísticos. Además, propuso establecer un techo máximo para los alquileres y fomentar la construcción de viviendas de protección pública junto a la promoción de la vivienda libre.

En una nota de alerta, el alcalde también mencionó durante su intervención en el 40 Cercle d'Economia que la problemática del acceso a la vivienda no es solo un desafío local, sino que posee un alcance europeo. A este respecto, presentó la iniciativa 'Mayors to Housing', que busca movilizar fondos europeos específicos para abordar esta emergente crisis.

Collboni concluyó su discurso haciendo un llamado a todos los actores implicados en el debate sobre la vivienda, incitando a la colaboración entre ellos. Destacó que la dificultad para acceder a una vivienda digna es un factor que exacerba las desigualdades sociales, incluso en un contexto donde otros aspectos de la vida cotidiana puedan funcionar con normalidad.