El pasado domingo, el Memorial de les Camposines, situado en La Fatarella, Tarragona, llevó a cabo una emotiva ceremonia en la que se añadieron 78 nuevos nombres a las placas conmemorativas. Este evento coincide con la conmemoración del 87 aniversario del final de la Batalla del Ebro, uno de los episodios más significativos de la Guerra Civil española.

La integración de estos nombres es resultado del trabajo incansable de la Dirección General de Memoria Democrática, que se dedica a la identificación y reconocimiento de las personas que desaparecieron durante el conflicto bélico. Según un comunicado de la Conselleria de Justicia y Calidad Democrática, este esfuerzo forma parte de un amplio censo de personas desaparecidas que se sigue actualizando.

El homenaje, que contó con la colaboración del Consorci Memorial dels Espais de la Batalla de l'Ebre (COMEBE) y el Ayuntamiento de La Fatarella, fue liderado por el conseller de Justicia y Calidad Democrática, Ramon Espadaler, y el alcalde del municipio, Jordi Rius. Ambos resaltaron la importancia de recordar el pasado y honrar la memoria de quienes lucharon por la democracia.

Espadaler enfatizó la necesidad de transmitir a las futuras generaciones la relevancia de la lucha por la democracia a través de iniciativas como esta. Recordó que detrás de cada nombre añadido hay una historia y un lazo familiar que lo humaniza. "Es fundamental que entendamos que no son solo números en una estadística, sino seres queridos que han dejado huellas en sus familias", apuntó.

Durante la ceremonia, también se escucharon testimonios conmovedores de familiares de los desaparecidos. Entre ellos, Pilar Sampietro compartió la historia de su familiar Miquel Feixas Pujolàs, quien perdió la vida en combate a la joven edad de 18 años. Andrew Johnson, en representación de su familiar Arthur Johnson, un brigadista canadiense que vino desde Toronto, también se unió a la evocación de esas memorias perdidas.

El Memorial de les Camposines, erigido en 2005 sobre una antigua trinchera de la Batalla del Ebro en forma de un bunker, sigue siendo un lugar de reflexión y homenaje. Con esta reciente adición, ya son 1.984 las víctimas que reciben reconocimiento en este significativo espacio de la memoria histórica.