El Museu de l'Art Prohibit, situado en la emblemática Casa Garriga Nogués de Barcelona, se prepara para cerrar sus puertas al público de manera indefinida a partir de este viernes. La razón detrás de esta drástica medida se encuentra en las severas pérdidas económicas que ha sufrido la institución, las cuales han sido exacerbadas por las protestas frente a su sede y una huelga que comenzó el 26 de febrero.
La dirección del museo ha calificado este cierre como "doloroso e indeseable", pero ha aclarado que carecen de otra opción debido a las circunstancias adversas. Aseguran que el sindicato SUT ha obstaculizado la afluencia normal de visitantes, lo que ha llevado a una drástica disminución de ingresos, registrando una caída del 75% en comparación con el año anterior y un asombroso 95% en previsiones de crecimiento.
Frente a esta crítica situación, el museo ha tomado la decisión de transformarse en una "colección nómada" que llevará exposiciones itinerantes a distintas partes del mundo. La intención es mantener viva su colección y establecer un espacio de reflexión que enfrente la censura. Esta nueva dirección ha sido impulsada por Tatxo Benet, empresario y periodista conocido.
La huelga se desató después de que, en enero, la administración del museo decidiera finalizar el contrato con una empresa subcontratada que incluía a siete trabajadores, quienes fueron reubicados en otros centros culturales de la ciudad. Los empleados optaron por recurrir al sindicato SUT para manifestar su descontento por los despidos y para exigir mejores condiciones laborales para el resto del personal.
El sindicato ha emitido un comunicado en el que critica la postura del museo, tildándola de "mezcla de hipocresía y cinismo", enfatizando que la mayoría de los potenciales visitantes decide no ingresar al museo al conocer la situación de los trabajadores en huelga.
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