En una reciente intervención, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha puesto en el centro del debate una reforma del artículo 98 del Reglamento de la Cámara Baja, la cual establece sanciones para aquellos periodistas acreditados que, según ella, impidan el correcto funcionamiento de la labor parlamentaria, amparándose en lo que califica como la "dignidad" del ciudadano.
Armengol ha declarado que la iniciativa no busca limitar la libertad de prensa ni restringir derechos fundamentales. “Por el contrario, proponemos un marco que garantice que los periodistas puedan llevar a cabo su trabajo adecuadamente”, manifestó en un artículo para 'La Vanguardia', citado por Europa Press.
La presidenta argumentó que el ejercicio del periodismo debe ser preservado de las interferencias de quienes, a su juicio, actúan como "perturbadores" y coercionan a los profesionales de la información. Insistió en que los parlamentos deben ser espacios de respeto y diálogo, donde la dignidad del pueblo sea prioritaria.
Asimismo, subrayó que no se puede tolerar que se falte al respeto de personas en entornos de trabajo como las conferencias de prensa y remarcó que la reforma busca remediar lo que considera una cuestión de mala educación que, en su opinión, no puede ser admitida.
“Como presidenta del Congreso, debo ser sincera: lamento que hayamos llegado a este punto donde es necesario reformar el reglamento para garantizar que los periodistas cumplan con su labor”, concluyó Armengol.
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