BARCELONA, 11 Dic.
Un nuevo estudio del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (Vhir) en Barcelona ha descubierto una serie de factores genéticos que no solo afectan el riesgo de sufrir trastornos adictivos, sino que también inciden en el rendimiento educativo. Este hallazgo se ha publicado en la revista 'Addiction'.
La investigación muestra que ciertas variantes genéticas pueden tener efectos contradictorios: por un lado, una mayor predisposición a la adicción se relaciona con una probabilidad aumentada de no alcanzar altos niveles educativos, según el comunicado del Vhir.
En entrevista con Europa Press, Judit Cabana-Domínguez, investigadora principal del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del Vhir y autora del estudio, comentó que mientras que estudios previos se centraron en los antecedentes genéticos de las adicciones a sustancias específicas como el alcohol o el cannabis, su investigación abarca un espectro más amplio, analizando profesionales con adicciones a múltiples drogas.
Para llevar a cabo el estudio, el equipo reunió más de 1.400 individuos diagnosticados con trastornos por consumo, incluyendo la dependencia a cocaína, opiáceos, cannabis y sedantes.
Empleando un estudio de asociación del genoma completo (GWAS), los investigadores buscaban identificar variantes genéticas que influyesen tanto en el riesgo de adicción como en el nivel educativo alcanzado por los participantes.
Los resultados revelaron dos grupos: uno donde había una correlación entre una mayor predisposición genética a las adicciones y un nivel educativo elevado, y otro grupo donde esa predisposición estaba asociada con un nivel educativo inferior, siendo este último hallazgo el más significativo.
A partir de estos descubrimientos, se identificaron varias variantes genéticas que no solo aumentan la probabilidad de desarrollar adicciones, sino que también están vinculadas a un rendimiento educativo más bajo.
Cabana-Domínguez también destacó que la base genética de este fenómeno discordante a menudo se ve influenciada por factores ambientales adversos, tales como la falta de empleo o la coexistencia con otras enfermedades.
Aunque el estudio sugiere una correlación, la autora advierte que esto no implica necesariamente una relación causal directa: "Estamos explorando esta posibilidad. Es complicado, ya que la genética relacionada con el rendimiento educativo abarca diversos factores socioeconómicos que no se limitan a la inteligencia", explicó.
"Las metodologías actuales presentan desafíos; sería beneficioso contar con muestras más amplias o con datos de familias", añadió.
Este trabajo subraya la importancia de la educación y del contexto socioeconómico en la vida de las personas, y Cabana-Domínguez aboga por mejorar la calidad educativa y asegurar oportunidades equitativas para contrarrestar estos problemas.
La investigadora enfatiza que, aunque la predisposición genética puede jugar un rol, los factores ambientales son cruciales: "Alguien puede tener una inclinación genética a desarrollar adicciones, pero si se encuentra en un entorno favorable, donde no haya acceso a drogas, es probable que no caiga en esa trampa".
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