La polémica sobre las condiciones laborales en la empresa Majorel SP Solutions, S.A.U., encargada de la moderación de contenidos en TikTok, ha vuelto a cobrar fuerza tras las declaraciones de varios ex empleados que han afirmado haber tenido que revisar contenidos violentos y perturbadores.

Según una exempleada, cuya identidad se mantiene en el anonimato, el trabajo no era una constante exposición a la violencia, pero sí existían periodos en los que se enfrentaron a escenas desoladoras, incluyendo videos de decapitaciones y mutilaciones. Esta trabajadora relató que, aunque no era una rutina diaria, el impacto emocional de tales visiones fue significativo en su vida profesional.

En contraste, tres altos responsables de la empresa comparecieron recientemente ante el Juzgado de Instrucción 9 de Barcelona y negaron que los moderadores estuviesen expuestos regularmente a contenido "altamente perturbador". El abogado de la demandante, Francesc Feliu, destacó que este testimonio no coincidía con el de la exempleada, quien defendió que los momentos de exposición a estos contenidos eran más frecuentes de lo que la empresa reconoce.

Una segunda exempleada reafirmó que, aunque el grueso de los videos que revisaban era de música, había ocasiones en las que se encontraban con material violento. Sin embargo, ella enfatizó que no recordaba haber sido psicológicamente afectada por ello debido a la naturaleza general del contenido que se moderaba.

A pesar de estas diferencias de opinión, hay un consenso sobre la falta de descanso adecuado. Mientras que la demandante afirmó que solo podían tomarse breves pausas, otras voces sugieren que había oportunidades para detener el trabajo y hablar con psicólogos disponibles. La inestabilidad en la gestión de estas pausas parece ser un punto clave de discordia.

Otro aspecto de la experiencia laboral en Majorel es la forma en la que se asignaban las tareas. Según la extrabajadora, existían diferentes departamentos, y aquellos que trabajaban en “TikTok1” eran los encargados de revisar el contenido más crítico y violento, excluyendo los casos ya moderados en “TikTok2”.

Una de las empleadas también relató su deterioro emocional personal durante un conflicto armado, lo que llevó a un estado de depresión tras visualizar contenido extremadamente perturbador. A pesar de su sufrimiento, alegó no haber recibido suficiente apoyo de sus superiores ni de sus compañeros en momentos de necesidad.

La situación dio lugar a una querella presentada por una trabajadora que denunciaba condiciones laborales que ella consideraba inhumanas. En la demanda se citaron a Majorel, TikTok Technology Limited y su filial en España como responsables de las presumiblemente graves vulneraciones a la integridad moral y la salud de los empleados.

La empleada, quien comenzó a trabajar en 2019, denunció la falta de formación adecuada sobre los riesgos psicosociales asociados con su labor. Ella sostiene que la naturaleza violenta del contenido no fue claramente comunicada durante el proceso de contratación, lo que generó una situación de pánico e incapacidad ante lo que se encontró.

Durante su tiempo en la empresa, que incluyó la revisión de hasta 1.200 videos diarios con contenido sensible, la trabajadora finalmente solicitó una baja por incapacidad en 2023, señalando un claro impacto en su salud mental. Esta decisión motivó que se iniciara una investigación formal que concluyó que había una correlación directa entre la falta de medidas preventivas y el deterioro psicológico que había sufrido.

Finalmente, al ser cuestionada sobre si volvería a trabajar en el mismo entorno, la exempleada no dudó en afirmar que no lo haría bajo ninguna circunstancia, definiendo a la empresa como carente de escrúpulos en su tratamiento hacia los empleados.