Los centros educativos que se encuentran en regiones de alta vulnerabilidad están mostrando un éxito notable al centrarse en el trabajo autónomo, el desarrollo de competencias y el fomento de la memoria. Diversas investigaciones indican que estas estrategias podrían ser claves para mantener a los estudiantes en el sistema educativo y disminuir la tasa de abandono escolar.

Un informe reciente, patrocinado por el Consorci d'Educació de Barcelona, subraya la importancia de prácticas como la promoción de la lectura y la supervisión de la asistencia. Estos elementos están vinculados estrechamente a una mejor continuidad educativa en la etapa posterior a la enseñanza obligatoria.

La consultora KSNET llevó a cabo este estudio, evaluando las acciones que los centros educativos implementan para promover el compromiso escolar. Los resultados muestran que un control riguroso de la asistencia de los estudiantes tiene un impacto significativo en la reducción del abandono, revelando que una gestión diaria puede reducir la probabilidad de deserción en hasta un 13,9%.

La principal autora del estudio, Paula Salinas, destaca que el mero hecho de registrar el absentismo no es suficiente. Aquellos centros que aplican esta medida suelen tener una serie de estrategias complementarias que buscan fortalecer la conexión de los estudiantes con su educación.

Entre las prácticas que han demostrado ser más efectivas se encuentran aquellas que incentivan el hábito de lectura. El 50% de los centros de alta vulnerabilidad que son más exitosos en este ámbito promueven activamente la lectura, en contraste con solo el 21,4% de sus pares menos eficaces.

Adicionalmente, se observan otras tácticas que fomentan el aprendizaje autónomo y la resolución de problemas. Por ejemplo, el 33,3% de los centros efectivos utiliza metodologías orientadas a competencias, en comparación con un modesto 14,3% en los menos efectivos. Asimismo, las actividades que estimulan la memoria y el trabajo en casa, así como las técnicas de autoevaluación y coevaluación, son más comunes en estos centros exitosos.

El informe también señala que la correcta gestión de la ausencia de los profesores puede influir en las tasas de abandono. Si un docente falta y un compañero asume su materia, las probabilidades de que los estudiantes abandonen se reducen en 2.5 puntos porcentuales.

Una comunicación eficaz con las familias es otro factor determinante. Los datos revelan que el 68% de los centros con mejor desempeño han implementado un plan de comunicación organizado, mientras que solo el 40% de aquellos con mayores índices de abandono cuentan con estrategias similares.

En cuanto a la participación de los padres, la mitad de los centros que han logrado reducir el abandono escolar realizan encuestas para obtener retroalimentación. En contraposición, dicha práctica se aplica en solo el 20% de los centros con mayor deserción.

Finalmente, el seguimiento y la adopción de las recomendaciones de los orientadores académicos también se revelan cruciales; el 58,9% de los alumnos que acceden a ciclos de grado medio y artístico y siguen estos consejos completan su formación dentro del periodo normal. Este dato resalta la necesidad de establecer un vínculo robusto entre estudiantes y orientadores para asegurar su éxito educativo.