El decano del Col·legi d'Economistes de Catalunya, Carlos Puig de Travy, ha manifestado su opinión sobre la reciente oferta pública de adquisición que BBVA ha presentado a los accionistas de Banco Sabadell, calificándola de "poco atractiva". Según él, el banco bilbaíno debería replantearse su propuesta para hacerla más atractiva para los inversores.

En una conversación reciente con 3/24, Puig de Travy señaló que existe una diversidad entre los accionistas, ya que algunos fondos están más enfocados en el aspecto financiero y la rentabilidad, mientras que los accionistas particulares pueden tener lazos emocionales hacia la entidad. Al referirse a la posible fusión, el economista se mostró crítico, describiéndola como una "concentración brutal".

El decano también destacó que Banco Sabadell tiene una fuerte presencia en el mercado español, a diferencia de BBVA, que tiene una mayor proyección internacional. Ambas entidades, según él, presentan características y enfoques empresariales muy distintos.

En relación a la decisión del Ministerio de Economía de elevar la OPA al Consejo de Ministros, Puig de Travy enfatizó la importancia de asegurar que la transacción no genere inestabilidad financiera ni desequilibrios significativos en el sistema económico.

Asimismo, expresó su preocupación por las consecuencias sociales de una posible fusión, como la potencial pérdida de empleos que podría Acarrear. En su opinión, el Gobierno tiene el deber de evaluar detenidamente estas externalidades antes de proceder con la autorización.

Puig de Travy también criticó la postura de la Comisión Europea a favor de la concentración bancaria, argumentando que esto refleja una tendencia hacia una mayor unificación y centralización dentro del sector financiero europeo. En su lugar, aboga por el fomento de fusiones transfronterizas, como las que podrían tener lugar entre bancos alemanes y españoles, en contraposición a la o la posible fusión nacional entre BBVA y Sabadell.

Finalmente, planteó la idea de que el sistema financiero está excesivamente concentrado en la Comunidad de Madrid, pidiendo políticas que promuevan una mayor competencia y distribución de servicios financieros a lo largo de todo el territorio español. Según sus cifras, un 70% de este sector se encuentra en Madrid, mientras que solo un 20% está ubicado en Barcelona.