En una reciente reflexión, el exlíder catalán Jordi Pujol ha expresado su pesar por los errores cometidos que, a su juicio, desencadenaron una crisis interna en Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), lo que finalmente llevó a la desaparición de este partido del escenario político catalán. Pujol, quien fue una figura clave en la política catalana durante varias décadas, ha manifestado que asume la responsabilidad de dichos fallos.
En una charla que tuvo lugar en la conmemoración del 50 aniversario de CDC, publicada el pasado domingo en el diario 'La Vanguardia', Pujol compartió sus reflexiones junto al exmandatario Artur Mas y el exalcalde de Barcelona, Xavier Trias. En ella, el ex presidente de la Generalitat admitió que sabía perfectamente a qué errores se refería, aludiendo a decisiones que propiciaron una crisis que él mismo considera que podría haberse manejado de diferentes maneras.
El expresidente lamentó que un partido que había gozado de una sólida trayectoria y éxito a lo largo del tiempo se haya desvanecido. Agradeció a aquellos que están intentando reconstruir lo que fue CDC, aunque reconoció que la eficacia que alguna vez caracterizó al partido ya se ha perdido irremediablemente.
Artur Mas, en su intervención, destacó el contexto de crisis económica por el que atravesaba Cataluña en aquel momento, resaltando la época de recortes impuestos desde Madrid a las autonomías y ayuntamientos, lo que obligó a ajustar el gasto público de manera drástica. Describió esa etapa política como un auténtico Hiroshima para la política catalana, asegurando que, para dar continuidad al proyecto político, se intentó cambiar el enfoque sin obtener los resultados esperados. También comentó que este cambio coincidió con un creciente movimiento independentista en la sociedad catalana.
Por su parte, Trias apuntó que la decisión de disolver Convergència y crear una nueva entidad política fue uno de los errores más graves cometidos por el partido, aunque subrayó que no se debe olvidar lo que les ocurrió ni la capacidad de daño de aquellos que se oponen a sus ideales.
A raíz del debate sobre el independentismo, Pujol reafirmó su postura de que nunca apoyó dicha causa, insistiendo en que había defendido desde siempre que el independentismo no era el camino. Trias, a su vez, se alineó con Pujol, declarando que tampoco se consideraba independentista: “¡Nos han hecho independentistas!”, exclamó, indicando que las circunstancias han llevado a muchos a adoptar esta postura.
Mas complementó esta discusión argumentando que, cuando Pujol asumió la presidencia de la Generalitat en 1980, el porcentaje de independentistas en Cataluña era de alrededor del 10 a 15%. Sin embargo, cuando Mas dejó el cargo en 2016, esa cifra había aumentado al 50%. Esto, según él, representa un notable cambio en la política catalana y en la percepción del proyecto nacional por parte de una parte significativa de la población.
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