En Barcelona, el 30 de diciembre, surge una propuesta significativa en el ámbito político catalán. Joan Tardà, quien fue portavoz de ERC en el Congreso, ha sugerido que su partido considere la posibilidad de unirse en una coalición con formaciones como los Comuns y la CUP, así como con todas aquellas fuerzas que se posicionan a la izquierda del PSC, para las próximas elecciones generales y autonómicas programadas para 2028.

Tardà argumenta que no tiene sentido que los votantes de diferentes partidos de izquierda, como la CUP y ERC, tengan que elegir entre listas separadas en las elecciones. En una entrevista emitida en la Cadena Ser y recogida por Europa Press, destacó la necesidad de que estas fuerzas políticas se unan para representar de manera más eficaz a sus electores en Catalunya.

Aunque la propuesta de formar un frente amplio no es una novedad dentro de su movimiento interno, Àgora Republicana, Tardà expresó su intención de persuadir a la dirección de ERC y a sus bases para que este tema sea discutido en el seno del partido durante este año. Es un planteamiento que también ha sido defendido en ocasiones anteriores por el actual líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, aunque el partido ya había mostrado reservas sobre esta idea, exceptuando el ámbito de las elecciones europeas.

Para Tardà, el momento es propicio para la creación de "frentes populares". En su opinión, presentar una candidatura unitaria en las próximas elecciones generales sentaría las bases para una propuesta similar en las elecciones del Parlament dentro de cinco años. En sus palabras, todos los partidos de izquierda deberían ir juntos, lo que también prepararía el terreno para una estrategia unificada en las elecciones catalanas de 2028.

El ex portavoz expresó su deseo de que este debate se lleve a cabo dentro de ERC y mencionó que, según su conocimiento, ya se está gestando en otros partidos de izquierda como la CUP y los Comuns. Tardà considera que la conversación sobre esta colaboración continuará creciendo, aunque también señaló una posible resistencia: la comodidad de las direcciones de los partidos, que pueden ser reacias al cambio.