BARCELONA, 10 (EUROPA PRESS) - En medio de intensos debates políticos, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha advertido a Junts sobre la falta de comprensión que podría suscitar en Catalunya su oposición a la propuesta de reducir la jornada laboral a 37,5 horas. Esto se produce tras la decisión de mantener su enmienda a la totalidad sobre el proyecto de ley, lo cual parece alejar a la formación de la voluntad popular.

Álvarez hizo estas declaraciones en una concentración que reunió a cerca de quinientos sindicalistas frente a la sede de la patronal Foment del Treball en Barcelona. Junto a él se encontraban el líder de CC.OO., Unai Sordo, y otros representantes de colectivos trabajadores, quienes mostraron su apoyo a la causa laboral.

Esta tarde, el Congreso de los Diputados abordará las enmiendas presentadas por PP, Vox y Junts, agrupaciones que cuentan con los votos necesarios para bloquear el avance del proyecto gubernamental. La situación se presenta como un desafío directo a la propuesta que busca mejorar las condiciones laborales de los catalanes.

El secretario general de UGT argumentó que impedir que la propuesta llegue a debatirse en el Congreso representa un "desprecio hacia la mayoría" de los ciudadanos de Catalunya. Asimismo, criticó que se pretenda ocultar los argumentos que justificarían una negativa a la reducción de la jornada.

Álvarez enfatizó que el debate debe centrarse en datos y cifras, no en retóricas grandilocuentes: "Los ciudadanos no entenderán que se evite el diálogo sobre un tema crucial para sus vidas laborales", declaró, instando a Junts a no ignorar la voluntad de sus votantes a favor de esta reducción.

Camil Ros, secretario general de UGT Catalunya, también se dirigió a los miembros de Junts, instándoles a considerar si van a actuar en sintonía con los intereses de Foment del Treball y sus aliados, o si, por el contrario, se alinearán con la mayoría que aboga por una jornada laboral más corta.

Además, señala que la historia ha mostrado que las consecuencias electorales pueden ser desfavorables para aquellos partidos que se oponen a reformas que favorecen a la clase trabajadora. Ros advierte que, aunque se presente una votación en contra de la propuesta, el movimiento sindical seguirá adelante hasta conseguir la aprobación de la reducción de la jornada laboral.

"Nuestro enfoque no es efímero ni depende de promesas vacías; por el contrario, se basa en la insistencia y la lucha constante. Exigiremos que el Gobierno vuelva a llevar la propuesta al Congreso", concluyó Ros con determinación.