En un claro desafío a las suposiciones del Partido Socialista de Cataluña (PSC), el secretario general de la CUP, Non Casadevall, ha manifestado que su formación política no se opone a la negociación de presupuestos, como algunos podrían pensar. En una reciente entrevista publicada en el diario 'Nació', Casadevall enfatizó que su deber con las clases populares implica la disposición a entablar diálogos y sentarse a la mesa para discutir propuestas concretas.
El secretario de la CUP no dudó en subrayar su identidad como un partido propositivo, destacando que, a diferencia de lo que algunos podrían afirmar, no son simplemente una agrupación de rechazo. Según Casadevall, la CUP ofrece ideas que, posteriormente, otros partidos políticos suelen capitalizar como logros propios. Esta reiteración busca reclamar el protagonismo que su partido tiene en el desarrollo de políticas efectivas y concreciones para el bienestar de los ciudadanos.
Asimismo, Casadevall ha criticado abiertamente al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, a quien acusa de no mostrar interés en la colaboración, pues no se ha acercado a su partido para dialogar. En este contexto, el secretario general de la CUP se ofreció a brindar la “realidad y reflexión” que, a su juicio, parece difícil de alcanzar para Illa y el PSC. Esta declaración pone de relieve la falta de comunicación y el obstáculo en las relaciones interpartidarias, a pesar de la necesidad de cohesión en el ámbito político catalán.
En su análisis de la situación política actual, Casadevall también expresó sus dudas sobre la capacidad del PSC, ERC y los Comuns para presentarse como un auténtico bloque de izquierdas. A su entender, los dos últimos partidos no están ejerciendo suficiente presión sobre los socialistas para impulsar políticas sociales que sean efectivas y beneficien a la ciudadanía. Este cuestionamiento a la cohesión de la izquierda refleja una preocupación no solo por el presente, sino por el futuro del bienestar social en Cataluña.
Por último, subrayó la urgencia de abordar problemas críticos como el acceso a la vivienda”, mencionando que la primera prioridad debe ser garantizar que la población tenga un techo. A esto se suma su llamado a una transformación industrial para favorecer la creación de empleo, además de su defensa de la lengua catalana, que él considera en retroceso. El enfoque de Casadevall apunta a poner en el centro de la agenda política los derechos y necesidades fundamentales de los ciudadanos, un mensaje que busca resonar no solo en su electorado, sino en toda la sociedad catalana.
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