El pasado martes, el Pleno del Congreso de los Diputados hizo oídos sordos a la propuesta del PSOE y Junts que buscaba transferir a Cataluña el control sobre la gestión de la inmigración. Este intento legislativo fue rechazado como se esperaba, gracias a la firme oposición de PP, Vox, Podemos y UPN, quienes unieron fuerzas para frenar la iniciativa. Sin embargo, lo sorprendente fue la colaboración de dos representantes del grupo plurinacional de Sumar, que también se opusieron al proyecto del Gobierno.

En el proceso de votación, la propuesta legislativa encontró un muro de resistencia en el Grupo Popular, Vox, Podemos y los mencionados miembros de Sumar: Alberto Ibáñez de Compromís y Jorge Pueyo de Chunta Aragonesista. Junto a ellos, el diputado de UPN, Alberto Catalán, del Grupo Mixto, sostuvo este rechazo, que sumó un total de 177 votos, lo que representa una mayoría absoluta que ahoga las aspiraciones de los promotores de la ley.

Por otro lado, el respaldo a la tramitación de la ley fue definitivamente insuficiente, con 173 votos a favor provenientes de los partidos que apoyan al Gobierno, incluyendo al PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG, CC y la otra mitad de Compromís, representada por Agueda Micó. También se pronunció a favor el exministro José Luis Ábalos, pero este apoyo no fue suficiente para superar el contundente rechazo mayoritario.