Fiscalía advierte sobre el repunte de delitos por odio a los pobres en el vigésimo aniversario del asesinato de Rosario Endrinal.
La Fiscalía Provincial de Barcelona ha puesto de relieve un preocupante aumento de delitos motivados por aporofobia, según las palabras de Marta Gloria López Catalá, fiscal delegada contra los Delitos de Odio y Discriminación. Este fenómeno surge en un contexto particularmente sensible, ya que justo se cumplen dos décadas del trágico asesinato de María del Rosario Endrinal, una mujer sin hogar que perdió la vida en un acto de violencia despiadada perpetrado por tres jóvenes en un cajero automático en el distrito barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi.
En una reciente entrevista con Europa Press, López Catalá subrayó que los delitos de aporofobia se han incrementado en los últimos dos años, destacando que la mayoría de los agresores son jóvenes, incluidos menores de edad y adultos que no superan los 30 años.
La fiscal advirtió que las víctimas de estos delitos están en una situación de extrema vulnerabilidad, especialmente aquellas personas sin hogar, quienes destilan una gran cantidad de energía en protegerse de potenciales agresores y en buscar recursos para sobrevivir. Esto intensifica su desamparo en un entorno que ya de por sí es hostil.
Cuando se le preguntó acerca de la subdenuncia en estos casos, López Catalá fue clara: en situaciones de aporofobia, a menudo no se registran denuncias. La falta de reportes no se deber a una mera subdenuncia, sino a que las víctimas, debido a su situación, optan por no informar a las autoridades, haciendo que sea la policía quien impulse la acción judicial.
La fiscal también destacó que, en muchos de estos incidentes, los casos se clasifican como archivos no por la dificultad de encontrar a las víctimas, sino por la imposibilidad de identificar a los agresores.
Otro de los grandes retos es la localización de las víctimas, que frecuentemente no poseen una residencia fija. En tales circunstancias, si el caso llega a juicio, se debe recurrir a pruebas preconstituidas para validar testimonios, dada su equivalencia en cuanto al principio de contradicción.
López Catalá observó que, a diferencia de otros delitos de odio, las agresiones hacia personas sin hogar rara vez se acompañan de insultos que aludan a su condición. En lugar de gritos de desprecio explícito, lo que predomina son actos de humillación y burla.
Para demostrar que un hecho delictivo responde a la aporofobia, se necesita establecer indicios como la falta de relación previa entre la víctima y el agresor, así como la elección aleatoria del objetivo. Si, por ejemplo, de cuatro personas en la calle, una está dormida en un cajero y es la agredida, se puede inferir que existe una motivación discriminatoria detrás del ataque.
El Código Penal español introdujo la aporofobia como circunstancia agravante en junio de 2021 y la incluyó más tarde en el artículo 510, relacionado con delitos de odio. Sin embargo, en el momento del crimen de Endrinal, no existían estos marcos legales para abordar la naturaleza de tal violencia.
A pesar de ello, López Catalá sostiene que el asesinado de Endrinal tuvo un impacto en la posterior reforma del Código Penal, que reconoció el menosprecio a las personas en situación de pobreza como un factor importante en ciertos delitos, aunque no fue el desencadenante exclusivo de esos cambios legales.
Antes de la introducción de estas nuevas tipificaciones, las acciones humillantes hacia personas por su condición socioeconómica apenas podían ser encuadradas como delitos, siendo referidas apenas como delitos contra la integridad moral, un concepto que exigía una persistencia en el tiempo para poder ser probado en juicio.
Hoy en día, los casos abiertos por aporofobia en Barcelona son mínimos. Los registros revelan pocos procedimientos, y de ellos, solo se han documentado un par de incidentes relevantes en la región metropolitana.
Sin embargo, una encuesta realizada por la organización Assís, que trabaja con personas sin hogar, revela cifras alarmantes: el 50% de los encuestados han vivido situaciones de violencia en su condición de sinhogarismo, siendo las mujeres las más afectadas por estos ataques, con un 6,12% de agresiones más que sus homólogos masculinos.
Los datos indican que las agresiones son más comunes en horarios nocturnos, y un considerable porcentaje de estos incidentes involucran el uso de objetos intimidatorios y se desarrollan en espacios públicos donde los testigos no intervienen.
En una iniciativa por reivindicar la memoria de Rosario Endrinal, Assís ha programado un acto conmemorativo para reflexionar sobre la aporofobia y el creciente discurso de odio, así como sobre la manera en que se trata la violencia hacia las personas sin hogar.
Finalmente, la fiscal subraya que los delitos de odio no solo atentan contra principios fundamentales como la igualdad y la dignidad humana, sino que también afectan las bases de la convivencia social. A pesar del incremento de estos delitos, manifiesta que hay una creciente sensibilidad en la sociedad hacia estas problemáticas, lo que podría ser un rayo de esperanza en medio del repunte de la violencia hacia los más vulnerables.
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.