Un hombre de 40 años ha sido acusado en Barcelona de delitos extremadamente graves, incluyendo agresiones sexuales a una menor, quien en ese momento solo tenía 12 años y estaba bajo protección de las autoridades. La Fiscalía ha solicitado una condena de 107 años y medio de prisión para este individuo que, según los informes, utilizó imágenes de la víctima como herramienta de manipulación para atraer a otros a establecer relaciones sexuales con ella.

Los hechos se remontan a mayo de 2020, cuando el acusado, a través de la aplicación de citas Badoo, inició un contacto con la menor, quien había nacido en 2007. La comunicación se extendió a otras plataformas como Instagram, donde él logró convencerla de que le enviara fotografías de contenido sexual.

Tras establecer una conexión, el hombre organizó un encuentro en un centro comercial de la provincia, donde se llevó a la menor a su hogar y la agredió sexualmente. Lo alarmante es que durante el año siguiente continuaron viéndose repetidamente, con la víctima siendo cada vez más vulnerable ante sus manipulaciones.

El acusado no solo abusó de la menor, sino que también la instó a que se dejara grabar y fotografiar durante las agresiones. Las imágenes y vídeos obtenidos fueron posteriormente distribuidos en redes sociales, con la intención de atraer a otros potenciales abusadores a participar en estas prácticas aberrantes.

Según la Fiscalía, a través del uso de aplicaciones como Lovoo e Instagram, el procesado incluso suplantó la identidad de la menor, ofreciendo sus servicios a otros depredadores sexuales. Durante su investigación, las autoridades encontraron en el dispositivo del acusado más de 20 grabaciones de abusos, además de una cantidad significativa de contenido relacionado con otros menores implicados en situaciones similares.

Las acusaciones incluyen no solo el acoso a menores, sino múltiples delitos de agresión sexual que reflejan la gravedad y la naturaleza sistemática de estos crímenes. La Fiscalía enumera varias agravantes, incluyendo el hecho de que las agresiones fueron cometidas por varios individuos en circunstancias que exponían a la víctima a una especial vulnerabilidad.

El caso ha sacado a la luz no solo el sufrimiento de la menor, sino también una preocupante red de explotación de niños, con miles de archivos en dispositivos del acusado que muestran imágenes de menores en condiciones de abuso. La Fiscalía está pidiendo, además de una extensa pena de prisión, una indemnización de 100.000 euros para compensar los daños morales sufridos por la víctima.