Crónica Cataluña.

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Giles Tremlett revela el régimen de control de Franco en su biografía más reciente.

Giles Tremlett revela el régimen de control de Franco en su biografía más reciente.

Un nuevo análisis sobre la figura de Francisco Franco ha llegado a las estanterías con la publicación de 'Franco. El dictador que moldeó un país', obra del periodista e historiador británico Giles Tremlett. En esta biografía, el autor examina el sistema de control social implementado por Franco, así como las diversas dimensiones de su personalidad y el carácter personalista del régimen, coincidiendo con el medio siglo de su fallecimiento.

Tremlett argumenta que el franquismo en realidad carece de un proyecto político sólido, considerándolo más como un mecanismo de control social que como una ideología bien definida. A pesar de ciertos nexos con el fascismo y el imperialismo, sostiene que estos elementos no han demostrado ser duraderos, como revela en sus declaraciones a Europa Press.

Según el autor, uno de los métodos más efectivos de Franco para consolidar su poder fue el uso sistemático de la violencia y el terror, especialmente en los primeros años tras la Guerra Civil. Además, el control absoluto de los medios y del sistema educativo desempeñó un papel crucial en la difusión de una versión singular de la historia y la realidad española.

El periodista también indica que el régimen se benefició de una población que mostraba apatía política, así como de una débil oposición interna, factores que facilitaron la consolidación del poder de Franco.

Tremlett destaca el importante rol de la Iglesia católica en el apoyo inicial a Franco, que lo posicionó como un "cruzado". Sin embargo, explica que, tras el Concilio Vaticano II, este vínculo comenzó a desdibujarse. El autor critica la actitud de la Iglesia durante los años 30, aunque reconoce que fueron los únicos que eventualmente pidieron perdón por su papel en ese contexto histórico.

Desde su residencia en Madrid, Tremlett describe a Franco como un individuo de pensamiento rígido, aunque con una notable autoconfianza. Considera que su gestión fue perjudicial para la economía de España y que, si bien se puede considerarlo mediocre en términos intelectuales, existe una capacidad de liderazgo militar que no se puede negar.

Durante su investigación, Tremlett ha recurrido no solo a archivos nacionales, sino que también ha consultado la prensa internacional, encontrando en ella descripciones que ofrecían una perspectiva más clara y menos artificial de la realidad bajo el régimen de Franco, dado que la prensa local estaba sujeta a estrictas censuras hasta 1966.

El autor también reflexiona sobre la influencia que tuvo su experiencia en el norte de África en la mentalidad de Franco. Considera que esta etapa de su vida forjó su visión sobre el ejército y le alimentó el deseo de restaurar la grandeza de España tras la pérdida de sus últimas colonias.

A través de su análisis, Tremlett concluye que Franco se unió al golpe de Estado más por ambición personal que por ideología, centrando su obsesión en alcanzar el poder absoluto. Se apoderó del mando en cuestión de semanas después del levantamiento militar y mantuvo esa dominación a lo largo de su régimen.

En sus reflexiones sobre los últimos años del franquismo, Tremlett señala un regreso a posturas más represivas, especialmente en relación con el País Vasco y la gestión de las huelgas, manteniendo la firmeza frente a presiones internacionales.

El autor, conocido por obras previas sobre temas históricos relevantes como Isabel la Católica, no ve la Transición como un modelo a seguir y asevera que la población de entonces se comportaba de manera obediente. Se lamenta de que España no haya llevado a cabo un juicio histórico del franquismo, a diferencia de lo realizado en otras naciones.

Además, ha expresado su preocupación por la posibilidad de que el Gobierno ignoren la conmemoración del 50 aniversario de la muerte de Franco, sugiriendo que se abordará el tema con una actitud poco comprometida.