En una reflexión sobre el futuro de la Unión Europea, el vicepresidente del Parlamento Europeo y eurodiputado del PSC, Javi López, ha planteado que una de las pruebas fundamentales de la próxima legislatura será la capacidad de la UE para establecer una posición independiente frente a China.
Durante una conferencia celebrada el lunes en el Parlament de Cataluña, en el marco de la jornada titulada 'Hacia el relanzamiento de la política euromediterránea. Treinta años del Proceso de Barcelona', López subrayó la importancia de mantener relaciones sólidas con Estados Unidos, aunque advirtió que la reelección de Donald Trump podría poner en riesgo esa conexión transatlántica que se ha considerado estable durante años.
El eurodiputado socialista argumentó que el mandato del expresidente Joe Biden podría representar el final de una era en las relaciones entre EE.UU. y Europa, ya que se ha apoyado en una lógica de cooperación del siglo XX que ahora se encuentra en cuestión. Los acuerdos de convivencia global establecidos tras la Segunda Guerra Mundial, así como los principios del orden liberal que han respaldado la integración europea, parecen estar tambaleándose, según sus palabras.
Ante este panorama, López describió un escenario de competencia geopolítica feroz entre bloques de poder, donde las antiguas reglas de cooperación han sido sustituidas por una lógica de 'suma cero'. Esto significa que para que un actor gane, otro debe perder, lo que introduce un clima de incertidumbre y la constante amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales.
El eurodiputado también advirtió que la búsqueda de un nuevo equilibrio global será un proceso peligroso, y la UE deberá adaptarse a las nuevas realidades para evitar caer en la irrelevancia o en un estado de subordinación. En este sentido, subrayó que durante los próximos cinco años, una clara indicación de la autonomía estratégica de la UE será su capacidad para gestionar una relación propia con China y avanzar en el tratado de Mercosur, que, según él, está rodeado de tensiones políticas.
López reconoció que el futuro inmediato traerá debates sobre seguridad, sugiriendo que la UE necesitará aumentar su gasto, haciendo un llamado a utilizar mecanismos similares a los fondos Next Generation para financiar políticas de seguridad. Este enfoque podría ayudar a mitigar las tensiones presupuestarias que podrían surgir de un aumento en el gasto dedicado a este ámbito.
Asimismo, abordó la necesidad de un modelo de prosperidad dentro de la UE que permita mejorar la competitividad. Mencionó los informes de figuras como Enrico Letta y Mario Draghi, que apuntan a una falta de inversión o a un exceso de regulación como los principales obstáculos para una mayor competitividad en Europa.
Según el eurodiputado, podría haber elementos de verdad en ambas tesis. Abogó por una regulación que sea inteligente y efectiva, pero también hizo hincapié en que modificar radicalmente la legislación verde de manera irresponsable sería un grave error, sugiriendo que la UE necesita encontrar un equilibrio sostenible en su regulación.
En términos económicos, López mencionó que existe una carencia de inversión que él atribuyó a un "diseño disfuncional de la moneda única". Esto resalta la urgencia de que la UE establezca un mecanismo de inversión adecuado que apoye sus objetivos estratégicos.
Finalmente, el eurodiputado rechazó las visiones pesimistas y los determinismos históricos, enfatizando que, si la sociedad y la política europeas se unen para abordar las realidades actuales, es posible orientar las acciones en una dirección positiva. Sin embargo, subrayó la necesidad de ser plenamente conscientes de los desafíos que enfrenta Europa hoy en día.
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