Tres países del sur de Europa representan el 66% del PIB de la región euromediterránea, revela la Cámara de Barcelona.
BARCELONA, 19 de noviembre.
Recientes hallazgos revelan que los países de la Unión Europea ubicados en la costa del Mediterráneo generan el 73,4% del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euromediterránea. En particular, naciones como España, Francia e Italia aportan el 66% de dicho total, de acuerdo con el análisis titulado 'La economía euromediterránea: transformación y retos de futuro', realizado por la Cámara de Comercio de Barcelona.
El informe fue expuesto en una conferencia de prensa por Carme Poveda, directora de análisis económico de la institución, quien estuvo acompañada por Josep Santacreu, presidente de la Cámara, y Senén Florensa, presidente ejecutivo del Iemed.
El estudio indica que esta vasta región comprende 26 naciones que albergan a 576 millones de habitantes, y revela marcadas disparidades en sus niveles de PIB y PIB per cápita, reflejo de los distintas fases de desarrollo económico en cada país y área geográfica.
Particularmente notable es que el PIB per cápita de los estados de la Unión Europea es tres veces mayor que el de los países de Oriente Medio y diez veces más que el de la región del norte de África, subrayando así las desigualdades económicas en el área.
Poveda destacó que aquellos países con mayores PIB per cápita tienden a tener economías más terciarizadas, donde el sector primario juega un papel menor.
En términos de comercio, las exportaciones españolas hacia las naciones de esta región han crecido cinco veces desde 1995, mientras que las importaciones se han incrementado en cuatro. El crecimiento más significativo ha sido hacia Oriente Medio, particularmente hacia Turquía, y hacia el norte de África, con Marruecos como principal receptor.
El Mediterráneo, como describió Poveda, se presenta como un "mosaico de economías interdependientes, pero muy desiguales". A pesar de que la UE concentra gran parte del PIB y de la actividad económica, el dinamismo demográfico y el potencial energético se encuentran mayormente en el sur y el este de esta región.
Ante esta situación, la experta enfatizó la necesidad de fortalecer la cooperación euromediterránea en diversas áreas como educación, género, empleo juvenil, transformación energética y gestión migratoria.
Por su parte, Santacreu manifestó que el objetivo del informe es destacar la importancia de la colaboración entre economías para derribar obstáculos. "La cooperación euromediterránea puede facilitar una mayor interconexión entre empresas y países, promoviendo así un progreso económico sostenible y la paz", remarcó.
Además, sugirió que podría ser necesario reconsiderar la globalización y respaldar un enfoque regional que sea eficaz. Él subrayó que la economía de Cataluña no puede desvincularse del Mediterráneo, considerándolo como una oportunidad y responsabilidad a la vez.
Florensa, en su intervención, destacó que Marruecos y Turquía son dos ejemplos de naciones en el norte de África y Oriente Medio que han apostado firmemente por la cooperación en el ámbito euromediterráneo.
Finalmente, subrayó el papel del Iemed en la promoción de esta cooperación y en la búsqueda de políticas que modernicen y desarrollen a los países situados en el sur y este del Mediterráneo, señalando que es fundamental trabajar para superar las diferencias existentes.
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