El exlehendakari Iñigo Urkullu se ha pronunciado este miércoles en una entrevista, señalando que el expresidente Mariano Rajoy no se sintió a gusto al aplicar el artículo 155 de la Constitución en Catalunya en 2017. Según Urkullu, tras el referéndum del 1 de octubre, Rajoy experimentó un profundo malestar durante ese proceso.
Urkullu ha compartido que, durante sus conversaciones con Rajoy, pudo percibir su incomodidad. A pesar de su falta de confort, el resultado fue inevitable y el exlehendakari considera que la situación derivó tal y como lo hizo.
En su análisis, Urkullu afirmó que en ese tiempo no había una clara conciencia sobre las implicaciones de una declaración unilateral de independencia por parte del Govern de la Generalitat, bajo la dirección de Carles Puigdemont. Asegura que hubo múltiples presiones que empañaron las posibilidades de alcanzar un acuerdo, un entendimiento que consideraba alcanzable hasta el último momento antes de la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones autonómicas.
El exlehendakari también destacó la falta de visión entre el Estado y la Generalitat. A su juicio, tanto Rajoy como Puigdemont cedieron ante la presión de sus respectivos partidos y poderes externos, lo que complicó aún más el escenario político.
En cuanto al discurso del rey Felipe VI el 3 de octubre de 2017, Urkullu expresó su desacuerdo, indicando que el mensaje carecía de respeto hacia la sociedad catalana y las discusiones que en ese instante se estaban dando dentro de las instituciones catalanas.
Urkullu manifestó que el conflicto político en Catalunya no se ha cerrado con la llegada de Salvador Illa a la Presidencia de la Generalitat. Él cree que la problemática es "inherente" y similar a lo que se vive en Euskadi, abogando por un encaje a nivel nacional que permita una mejor convivencia.
No obstante, destacó que la gestión política e institucional en Catalunya ha cambiado hacia una mayor serenidad y tranquilidad en los planteamientos actuales.
Al ser cuestionado sobre el papel de Bildu en la política y lo que les falta por hacer tras el fin de ETA, Urkullu subrayó la necesidad de un reconocimiento del daño causado, un punto que ha sostenido de manera constante.
El exlehendakari abogó por la inclusión de Bildu en la vida política, criticando a aquellos partidos que descalifican los acuerdos con esta formación, a la vez que ignoran sus propios antecedentes de diálogo y negociación a nivel municipal e institucional con grupos que estuvieron vinculados a la violencia.
Finalmente, al referirse a la reciente muerte del ex presidente uruguayo Pepe Mujica, Urkullu elogió su enfoque en la política centrado en la justicia social y recordó la postura de Mujica sobre el terrorismo, quien reconoció de manera clara que la violencia sólo engendra más violencia.
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