
La CUP ha lanzado una dura crítica hacia el Gobierno español, calificado por ellos como un Estado antidemocrático que debe urgentemente alejarse de lo que ellos identifican como los Països Catalans. En una carta dirigida al presidente Pedro Sánchez, los líderes de la formación independentista expresan su decepción por las supuestas acciones de vigilancia hacia miembros de la izquierda catalana. “Señor presidente, no hace falta que nos espíe”, afirman con contundencia.
Los portavoces de la CUP, Non Casadevall y Laia Estrada, han puesto de relieve en su misiva cómo estas presuntas infiltraciones son percibidas como una maniobra orquestada por el Estado. Según la carta, estas acciones no sólo son inapropiadas, sino que representan un ataque directo a los principios democráticos esenciales que, según ellos, deberían gobernar cualquier país moderno.
En su declaración, la CUP argumenta que el espionaje y la represión en su contra se deben al reconocimiento de su papel como catalizadores claves del movimiento social que busca desmantelar el actual marco de poder en España. En una afirmación categórica, sostienen que la independencia de Catalunya es un objetivo inexorable y necesario para su futuro.
Reiterando sus ideales, los representantes de la CUP enfatizan que, aunque enfrentan desafíos significativos como la crisis climática y el aumento de actitudes machistas y ultraconservadoras, sus objetivos permanecen inalterables. Aseguran que los obstáculos actuales solo han conseguido reafirmar su compromiso con la causa independentista.
Con un tono desafiante, los líderes de la CUP concluyen que el sistema político español se sostiene únicamente a través de la fuerza y la represión. “Tarde o temprano les ganaremos. Saquen sus manos sucias de los Països Catalans”, es el mensaje final que envían a la administración española, reafirmando su compromiso con la lucha por la autodeterminación de Catalunya.
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