En un reciente pronunciamiento, la organización Eixample Respira ha instado al gobierno de Barcelona a implementar de manera inmediata una nueva estación de monitoreo de contaminación en el distrito del Eixample. La razón de esta solicitud radica en su crítica a la actual estación, ubicada entre la avenida Roma y las calles Valencia y Urgell, por estar situada en un área verde que no refleja la compleja realidad de los entornos urbanos de la zona.
Según las afirmaciones de Eixample Respira, las características de las calles del Eixample, que son más estrechas y están más congestionadas, provocan que la ventilación sea escasa. Esta situación puede resultar en niveles de contaminación mucho más elevados de lo que se reporta actualmente. La organización ha analizado datos recolectados por las unidades móviles de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) y ha llegado a la conclusión de que en otras ubicaciones dentro del Eixample, como las calles Aragó y Viladomat, se han registrado valores de contaminación que superan notablemente los que ofrece la estación de referencia.
Además, Eixample Respira enfatiza que la estación actual es la principal referencia oficial para evaluar la calidad del aire en Barcelona. Esto genera preocupación, ya que los datos utilizados para determinar el cumplimiento de los estándares establecidos por la Unión Europea no reflejan con precisión la realidad del aire que respiran los ciudadanos del Eixample.
El grupo también ha señalado que la estación de medición en Urgell ha sido modificada tras la restricción de tráfico en la zona, lo que insinúa que la disminución significativa del tráfico podría estar alterando los datos que se registran allí. A esto se suma que la estación de Gràcia-Sant Gervasi se vea comprometida debido a las obras de los Ferrocarrils de la Generalitat, lo que pone en duda la representatividad de los datos en el contexto actual.
Con el objetivo de abordar esta problemática, Eixample Respira ha presentado su solicitud directamente ante diversas instancias, incluyendo el área de Urbanismo, Transición Ecológica y Vivienda del Ayuntamiento y la ASPB, así como a la Conselleria de Territorio de la Generalitat. También han elevado una queja formal a la Sindicatura de Greuges de la ciudad, buscando acciones correctivas para asegurar que la evaluación de la calidad del aire sea realizada de manera rigurosa y transparente.
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