En un evento celebrado en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, el rey Felipe VI destacó el papel crucial de los jóvenes en la construcción del futuro de España, instando a la sociedad a confiar y apoyar sus iniciativas. Durante la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Girona, el monarca subrayó que estos galardones son una plataforma valiosa para reconocer los logros de la juventud.

El rey recordó un emotivo discurso de un joven premiado en la gala del año anterior, quien mencionó la necesidad de encontrar un espacio común para desarrollar ideas. Felipe VI enfatizó el significado de contar con iniciativas como la Fundación Princesa de Girona, que proporciona ese espacio necesario para la expresión y el crecimiento del talento joven.

En su intervención, el monarca hizo mención al Tour del Talento y a los programas bajo la marca Generación, resaltando su relevancia en un entorno social cada vez más dinámico y complejo. Según él, el contexto actual exige nuevas formas de interacción y encuentro, que son esenciales para el desarrollo de estos jóvenes líderes.

La confianza en el potencial de los jóvenes fue un tema central en su discurso, donde el rey afirmó que en lugares donde se fomenta la confianza, florecen la creatividad y la innovación. Resaltó que, sin importar su origen, el talento joven puede jugar un papel transformador en la sociedad, siempre que se le brinden las oportunidades adecuadas.

Además, el rey Felipe VI animó a los jóvenes premiados a creer en sí mismos y trabajar por una generación cada vez más consciente y comprometida. Agradeció a la Fundación Princesa de Girona, así como a sus miembros y premiados, por su esfuerzo en fomentar el diálogo y la participación juvenil, así como su capacidad de respuesta ante situaciones difíciles, como la reciente DANA.

El monarca también aprovechó para resaltar la importancia de estrechar los vínculos entre Catalunya y el resto de España. Destacó el valor de la solidaridad y el conocimiento mutuo que nutre estos lazos, especialmente entre los más jóvenes. Esta conexión entre territorios se refleja no solo en eventos como el de la gala, sino en el día a día de las iniciativas sociales y culturales.

Felipe VI vinculó el contexto del Liceu con la Abadía de Montserrat, mencionando que ambos son espacios emblemáticos que representan la cultura catalana, española y europea. Ambos lugares poseen la capacidad de unir a las personas, celebrando un patrimonio común que trasciende diferencias.

El rey concluyó su discurso reafirmando la capacidad de la Fundación Princesa de Girona para unir y celebrar el talento juvenil, que es sinónimo de esperanza y compromiso en el futuro del país. La gala no solo se trató de premiar logros, sino de reafirmar una visión compartida de progreso a través de la colaboración y la confianza.

Al final de su intervención, el rey expresó su gratitud hacia el exfutbolista Andrés Iniesta por su participación y las valiosas lecciones que aportó a los asistentes. Asimismo, hizo un reconocimiento a los éxitos recientes de los deportistas españoles, alentando a la selección femenina de fútbol en su camino hacia la final de la Eurocopa.