Crónica Cataluña.

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"Estudio revela que la contaminación afecta negativamente las conexiones cerebrales en niños, según ISGlobal."

Un reciente estudio revelado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), respaldado por la Fundación La Caixa, ha puesto de relieve el impacto que la contaminación del aire puede tener en la estructura cerebral de los niños. Según los hallazgos, los menores que enfrentaron altos niveles de contaminación durante su infancia exhiben conexiones cerebrales más débiles en áreas consideradas fundamentales para el desarrollo.

Las conclusiones, que han sido publicadas en la revista 'Environment International', sugieren un vínculo significativo entre la exposición a contaminantes en etapas tempranas de la vida y el desarrollo cerebral adverso, tal como señala un comunicado del ISGlobal emitido este martes.

El estudio, que analizó los datos de 3.626 niños de la cohorte Generación R en Rotterdam, consideró factores como las concentraciones de partículas en suspensión (PM2.5 y PM10), así como los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) y óxidos de nitrógeno (NOX) en sus lugares de residencia.

Se llevó a cabo una evaluación de la conectividad cerebral en 16 redes, abarcando tanto regiones corticales como tres áreas subcorticales claves: la amígdala, relacionada con las emociones; el hipocampo, implicado en la memoria, y el núcleo caudado, que juega un papel en la regulación motora y en la toma de decisiones.

Los niños fueron sometidos a neuroimágenes en reposo en dos momentos: alrededor de la década de vida y en su adolescencia. La exposición a la contaminación se examinó en dos etapas: desde el nacimiento hasta los 3 años y en el año previo a la evaluación neurográfica.

Los resultados indican que una mayor exposición a la contaminación en los primeros años de vida correlaciona con un debilitamiento de la conectividad entre la amígdala y las redes corticales que rigen la atención, los movimientos corporales y la función auditiva.

Asimismo, el estudio encontró que un incremento de partículas PM10 en el año anterior a las pruebas de neuroimagen se relaciona con una conectividad funcional disminuida entre las redes responsables de la atención a estímulos externos y la autoevaluación.

Lo más preocupante es que estas alteraciones en la conectividad cerebral parecen perdurar hasta la adolescencia, lo que sugiere que la exposición a la contaminación del aire podría tener efectos profundos y duraderos en el desarrollo cognitivo y emocional de los jóvenes. La autora principal, Mònica Guxens, enfatiza que esto podría impactar tanto en el procesamiento emocional como en habilidades cognitivas esenciales.