El famoso cocinero Ferran Adrià ha anunciado que con la inauguración del museo 'elBulli1846', ubicado en la Cala Montjoi de Roses (Girona), cierra un ciclo tras 12 años desde el cierre de su restaurante. Según Adrià, el museo busca compartir el legado de El Bulli y promover la innovación en la restauración gastronómica. El establecimiento estará abierto al público durante tres meses y el resto del año se dedicará a los proyectos de la Bullifoundation, entre ellos la Bullipedia y el BulliDNA.
El nombre del museo, 'elBulli1846', se debe al número de recetas elaboradas en el restaurante y a la fecha de nacimiento del cocinero francés, Georges Auguste Escoffier. Adrià explica que el nombre también es un homenaje a Francia y busca inspirar respeto hacia aquellos que han hecho contribuciones significativas a la gastronomía antes que ellos. El hilo conductor del museo será la innovación, ya que para elBulli, innovar era una premisa fundamental.
Aunque la cocina de El Bulli ha sido muy influyente en todo el mundo, el famoso cocinero sostiene que no tiene sentido volver a abrir el restaurante porque es irrepetible. Según él, lo importante es lo que pasó entonces, no descontextualizar nada. Adrià se toma unos meses para pensar en su futuro, aunque considera que se ha ganado el derecho de estar "un poco más tranquilo" después de 40 años de trabajo.
Adrià, quien comenzó su carrera en 1984, recuerda que en aquel entonces era imposible encontrar noticias en medios internacionales que hablaran de la gastronomía española. En la actualidad, sin embargo, hay mucha competencia y muchos países luchan por estar a la vanguardia, como Dinamarca.
El cocinero insiste en que, para mantener la excelencia de la gastronomía española, se necesitan varios cocineros que luchen al máximo nivel creativo, ya que eso es lo que tira del carro y evita el estancamiento.
Según Adrià, la principal innovación del museo es que no hay ningún otro en el mundo sobre un restaurante. De hecho, es de carácter divulgativo, no artístico. Adrià cree que la cocina de El Bulli ha dejado una huella profunda en la creatividad culinaria de muchos países. Sin embargo, advierte que no pueden dormirse en los laureles y que deben estar siempre en alerta frente a la competencia.