Crónica Cataluña.

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Fundació Bofill: Catalunya requiere 702 integradores adicionales en centros de alta complejidad.

Fundació Bofill: Catalunya requiere 702 integradores adicionales en centros de alta complejidad.

BARCELONA, 1 de diciembre.

La Fundació Bofill ha revelado que Cataluña enfrenta una considerable escasez de integradores y educadores sociales en los centros educativos que presentan mayor complejidad. Según sus cálculos, se necesitarían 702 integradores sociales y 357 educadores sociales adicionales en los 329 centros de máxima complejidad y 401 de alta complejidad en la región.

Para el próximo curso 2025-26, la fundación ha señalado que existe un educador social por cada 4.590 alumnos con diferentes necesidades socioeconómicas o socioculturales. En cuanto a los integradores sociales, cuya formación y funciones son análogas, la proporción es aún más crítica, con uno por cada 1.147 alumnos en circunstancias similares, de acuerdo con la información proporcionada en un comunicado emitido recientemente.

Con un total de 275.400 estudiantes que requieren apoyo socioeconómico o sociocultural (el número previsto para el año escolar 2024-25), actualmente hay solo 60 educadores y 240 integradores disponibles para atender a esta población específica.

La Fundació ha alertado sobre las graves consecuencias de la eliminación de la financiación europea y del Plan de Mejora de Oportunidades Educativas (PMOE-PROA+), una situación que ha provocado una "drástica disminución de profesionales" del sector, pasando de aproximadamente 415 a 300. Esto es alarmante, considerando que uno de cada tres alumnos presenta alguna necesidad particular, el 35% de los estudiantes vive en condiciones de pobreza, la matrícula viva se ha duplicado en la última década y el estrés entre los docentes ha aumentado considerablemente.

Para la Fundació Bofill, esta compleja situación dificulta la adecuada atención a la creciente diversidad de estudiantes en Cataluña, obstaculizando el desarrollo de un sistema educativo inclusivo y efectivo.

Asimismo, ha manifestado preocupaciones respecto al reciente Plan de acción contra el abandono escolar prematuro, presentado en noviembre. La fundación critica que este plan no especifica la necesidad de aumentar estos perfiles profesionales, a pesar de que la Comisión Europea lo considera una recomendación esencial, ni establece metas para el personal orientador en los sistemas educativos y territoriales.

En su último Anuario de la Educación, la Fundació Bofill sugiere que, además de integrar la atención social en los centros más complicados, se debe crear un mapa de recursos y personal no docente externo por cada área educativa. También se aboga por unificar horarios y condiciones laborales para los profesionales docentes y no docentes, así como clarificar funciones y responsabilidades en la atención socioeducativa del alumnado.