El Gobierno español ha tomado una decisión relevante en el sector bancario que marcará la pauta para las fusiones y adquisiciones en el futuro. En una reunión celebrada este martes, el Consejo de Ministros ha dado luz verde a la oferta pública de adquisición (OPA) que BBVA ha planteado sobre Banco Sabadell, aunque con importantes condiciones que refuerzan la autonomía de las entidades involucradas.

Para garantizar que se mantenga la competitividad y la estabilidad del mercado, se ha establecido que durante los próximos tres años BBVA y Banco Sabadell deberán operar con personalidad jurídica y patrimonio separados. Esta medida busca preservar la independencia de cada banco en la gestión de sus actividades, evitando así cualquier tipo de confusión o interferencia que pudiera surgir de la fusión.

La decisión del Consejo de Ministros no ha sido tomada a la ligera. Tras un mes de análisis profundo, el Ministerio de Economía identificó potenciales riesgos que podrían afectar el interés general, llevando a la necesidad de una revisión exhaustiva. De esta forma, se busca proteger no solo a los empleados de ambas entidades, sino también garantizar la integridad de la regulación del sector bancario.

Además, el ministerio ha subrayado la importancia de mantener ciertos objetivos, como la cohesión territorial y el impulso a la investigación y desarrollo tecnológico, aspectos clave para cualquier operación de esta magnitud. Es un reconocimiento de que las fusiones en el sector financiero no solo repercuten en las empresas, sino también en la economía y la sociedad en general.

Es importante destacar que esta autorización llega después de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) haya dado su visto bueno a la OPA, aunque bajo ciertas condiciones que aseguran la competencia justa en el mercado. Por su parte, el Banco Central Europeo no ha expresado oposición a este movimiento, lo que añade un respaldo institucional a la decisión del gobierno.