En un contexto político cada vez más polarizado, el presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, ha manifestado su intención de presentar el Plan Bruselas, una iniciativa que augura un cambio significativo en la relación de Catalunya con las instituciones europeas. Según Illa, este plan se dará a conocer en una reunión con el conseller de Unión Europea y Acción Exterior, Jaume Duch, con el objetivo de asegurar que Catalunya asuma un rol activo y propositivo en el ámbito europeo.
Durante un evento celebrado en el 'Foro de Vanguardia' en Barcelona, Illa fue entrevistado por destacados periodistas de medios locales, donde enfatizó su deseo de que Catalunya no solo esté al tanto de los asuntos europeos, sino que también tenga la capacidad de influir en ellos. Esta afirmación resuena con aquellos que claman por un reconocimiento más fuerte de la identidad catalana en el continente europeo.
El Govern se apresta a aprobar este martes el Plan Bruselas en el Consell Executiu, ofreciendo un marco estratégico que tiene como finalidad la defensa de los intereses de Catalunya en el actual contexto de políticas y financiamiento europeo. Illa, que asistirá al plenario del Comité Europeo de las Regiones en Bruselas, reconoce la importancia de este evento para la construcción de un futuro que beneficie a Catalunya en la esfera europea.
Uno de los puntos centrales de la estrategia del Govern es la búsqueda de un reconocimiento oficial del catalán y la implementación de regulaciones europeas para la vivienda, así como el impulso a la reindustrialización y la competitividad de la región. Estos esfuerzos se enmarcan dentro de una ambición más amplia: consolidar a Barcelona como la capital euromediterránea, un objetivo que Illa considera esencial para el futuro de Catalunya.
En una comparativa con las decisiones políticas que se toman en el ámbito nacional, Illa ha subrayado la necesidad de una presencia tanto en Madrid como en Bruselas. Su próxima visita a la capital belga no es vista como un viaje extraviado, sino como una extensión natural de su actividad política cotidiana. Esto refleja una clara estrategia para fortalecer la voz de Catalunya en las instancias decisivas de la UE.
El liderazgo de Illa también se ha visto influenciado por el contexto internacional, especialmente tras la victoria de Donald Trump en Estados Unidos. El presidente catalán argumenta que la Unión Europea debe asumir un papel más decisivo en sus propias políticas y decisiones, donde Catalunya podría jugar un papel fundamental en la construcción de un futuro más autónomo y fuerte dentro del bloque europeo.
Además, Illa ha destacado que el Govern se encuentra en proceso de establecer una financiación singular, bajo los términos acordados con ERC durante su investidura. Asegura que la consellera de Economía, Alícia Romero, está supervisando el trabajo de un grupo de expertos dedicado a este propósito, con la esperanza de que el calendario para estos planes sea claro y preciso.
A pesar de las tensiones existentes, Illa ha enfatizado que ERC no tiene la intención de abandonar un modelo de financiación solidario, insistiendo en que sus propuestas no se dirigen en contra de ninguna parte del resto de España. Su crítica al debate sobre la financiación de Catalunya es clara: cualquier avance, por mínimo que sea, es visto con recelo por aquellos que entienden la búsqueda de una mejora como una amenaza al statu quo.
En lo que respecta a la cuestión de la inmigración, Illa se ha manifestado a favor de políticas migratorias que no se dejen llevar por la opinión pública momentánea, sino que se basen en principios firmes. Defiende que la llegada de personas de otros países no solo no menoscaba la identidad catalana, sino que la enriquece, un argumento que busca desestigmatizar el fenómeno migratorio en la sociedad catalana.
Acerca de las negociaciones con Junts, Illa ha dejado claro que está siguiendo de cerca el desarrollo de estas conversaciones y se muestra dispuesto a asumir las competencias en inmigración que se acuerden. Esta postura refleja una intención de colaboración que, según él, es necesaria en un contexto donde tanto la Generalitat como el Gobierno central deben alternar competencias para una gestión más eficaz y armonizada.
Finalmente, Illa ha afirmado su confianza en las capacidades y recursos de la Generalitat para hacer frente a los retos que plantea la gestión migratoria, subrayando su deseo de aplicar la normativa europea en esta área de manera efectiva. Su determinación para avanzar en este ámbito podría significar una transformación importante en cómo Catalunya gestiona la inmigración en el futuro, un tema que sigue siendo crítico para la identidad y cohesión de la comunidad catalana.
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