
Barcelona se encuentra en el umbral de una transformación significativa en su sistema de transporte público. Durante un evento celebrado para conmemorar el siglo de existencia del Metro de Barcelona, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, anunció un plan ambicioso: la adquisición de 39 nuevos trenes por parte de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), de los cuales 22 estarán destinados a la crucial línea L9, cuyo tramo central promete abrir algunas de sus estaciones para 2027.
Este anuncio tuvo lugar en una ceremonia que reunió a importantes figuras políticas, incluyendo al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y a Laia Bonet, presidenta de TMB. Illa enfatizó que la inclusión de estos nuevos trenes no solo incrementará la capacidad del servicio, sino que presumiblemente permitirá elevar la cifra de pasajeros diarios a 2 millones en el futuro cercano.
Con una inversión de 331 millones de euros, financiada a través de diversas administraciones de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) —incluyendo un 51% de la Generalitat, un 25% del Ayuntamiento y un 24% del Área Metropolitana—, este proyecto es visto como un paso fundamental para modernizar la red y adaptarla a las crecientes necesidades de movilidad de los ciudadanos barceloneses.
El procedimiento de licitación comenzará este julio y se espera que la adjudicación se realice en primavera de 2026, con los nuevos trenes integrándose a la red en 2029. Estos convoyes, que se destacarán por sus elevados estándares de confort, accesibilidad y sostenibilidad, llegarán justo a tiempo para responder a la creciente demanda de los usuarios, que superó los 469 millones de viajes en 2024.
La estrategia incluye además que 17 trenes adicionales fortalecerán otras líneas del Metro, con el objetivo de que durante las horas pico, todas las líneas convencionales logren mantener una frecuencia inferior a los 3 minutos y medio. Por ejemplo, la línea 1 contará con un aumento de trenes, reduciendo considerablemente el tiempo de espera para los pasajeros.
Esta iniciativa representa un compromiso claro no solo con el transporte público, sino con el bienestar social y la planificación sostenible de la región. Illa destacó que sólo mediante colaboración entre las administraciones se puede lograr un avance significativo en el transporte urbano, argumentando que los gobiernos comprometidos con el transporte público son aquellos que realmente buscan mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Con la mirada puesta en el futuro, Collboni declaró que estos esfuerzos son vitales para garantizar una movilidad asequible y eficiente en la ciudad, y que el incremento de frecuencias es un objetivo a corto plazo. Según su visión, el reto es que en los próximos cinco años, las líneas del 1 al 5 logren operar con esperas que no superen los tres minutos y medio.
La presidenta de TMB, Laia Bonet, también subrayó el éxito actual de la red, que goza de una valoración de 8,2 por parte de sus usuarios, la más alta en la historia. La celebración de este aniversario es, para ella, solo un capítulo en la historia de una red que continúa en pleno crecimiento y que busca conectar más comunidades y barrios en la metrópoli barcelonesa.
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