Crónica Cataluña.

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Just Eat denuncia que Glovo solicitó a restaurantes eliminar a sus repartidores para favorecer su propio modelo de negocio.

Just Eat denuncia que Glovo solicitó a restaurantes eliminar a sus repartidores para favorecer su propio modelo de negocio.

En un reciente juicio en Barcelona, se ha puesto de relieve la complicada situación de los repartidores autónomos, conocidos como 'riders', que trabajan para Glovo. En las declaraciones realizadas por Íñigo Barea, director general de Just Eat en España, se expuso que muchos de estos trabajadores han llegado a laborar hasta 12 horas diarias, a cambio de unos ingresos que difícilmente alcanzan los 70 euros. Este testimonio pone de manifiesto las duras condiciones laborales de quienes se dedican a este sector.

Barea, quien compareció en el Juzgado Mercantil 2, argumentó que Glovo ha mantenido una estrategia agresiva al instar a los restaurantes a prescindir de sus repartidores para adoptar un modelo de 'rider' que se basa en autónomos. Esto, a su juicio, no solo afecta a la competencia en el mercado, sino que también perjudica a los trabajadores al crear condiciones desfavorables para su empleo.

La controversia entre Just Eat y Glovo se intensificó cuando la primera presentó una demanda por competencia desleal, acusando a Glovo de contratar a sus repartidores como falsos autónomos. Just Eat reclama una indemnización cuantiosa de 295 millones de euros por daños y perjuicios derivados de esta práctica que denigra tanto a los repartidores como al mercado laboral en general.

A lo largo de su declaración, Barea describió un contexto en el que Glovo ha lanzado campañas que incentivan a los restaurantes a aceptar su modelo, eludiendo costes que Just Eat debe afrontar al tratar a sus repartidores como empleados. Según su testimonio, esto ha resultado en una competencia desleal que afecta significativamente el margen operativo de Just Eat.

El director general destacó que la rigidez de emplear a trabajadores como empleados implica elevados costos adicionales, desde pagos por horas no trabajadas, hasta contribuciones a la Seguridad Social. En contraposición, la flexibilidad del modelo autónomo de Glovo les permite operar con menor coste, lo que a su vez les otorga una ventaja competitiva en precios, erosionando los márgenes de otros competidores en el sector.

Barea también se refirió a la imposibilidad de Just Eat de ofrecer contratos de exclusividad a cadenas de restaurantes, una estrategia que Glovo ha utilizado con éxito al firmar acuerdos con conocidas marcas. Esto significa que los usuarios que quieran pedir en estas cadenas se ven obligados a usar la aplicación de Glovo, lo que a su vez capta la atención de los mismos y aleja a Just Eat del mercado.

Por otro lado, se mencionó que las campañas promocionales que los restaurantes desean implementar suelen ser absorbidas por Just Eat, ya que los grandes nombres del sector tienden a optar por plataformas que ofrezcan una cobertura total sin las limitaciones que implica el modelo de empleo tradicional.

En este contexto, un repartidor que ha servido en ambas plataformas relató su experiencia en Málaga, donde mencionó que las largas jornadas laborales y los escasos ingresos eran la norma. Este testimonio resalta la precariedad en la que se encuentran muchos 'riders', quienes deben asumir gastos de equipo y otras condiciones que no han sido modificadas a su favor.

La situación de este sector no solo es un reflejo de la batalla entre gigantes de la entrega, sino que también destaca las implicaciones más amplias de la economía de los plataformas y su impacto en los derechos laborales. Se anticipa que los representantes de Glovo comparezcan en una próxima sesión del juicio, donde se abordarán estos temas y se ofrecerán más detalles sobre esta creciente problemática.