
El enfoque político de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) acaba de sufrir un cambio significativo que marca un giro hacia una mayor independencia respecto a los partidos tradicionales. En su reciente Asamblea General Ordinaria, celebrada del 25 al 30 de junio, los miembros de la organización se manifestaron con un respaldo del 73% para reformar sus estatutos, un movimiento que se interpreta como un intento de reforzar su "neutralidad partidista".
Este proceso de votación, que contó con la participación de 3.434 socios, requería un mínimo del 65% de apoyo para que las modificaciones fueran efectivas. Además de los ajustes estatutarios, los miembros también accedieron a cambios en el Reglamento interno y en la hoja de ruta previamente aprobada en enero, lo que refleja un intenso interés por optimizar la estructura de la ANC.
Los nuevos estatutos eliminan la exigencia del voto de dos tercios para la elección de cargos dentro de la entidad y permiten a exsecretarios nacionales volver a optar por ser elegidos. Estas "mejoras en la gobernanza interna" incluyen también compromisos hacia una mayor transparencia y una revisión de los procesos disciplinarios y electorales, lo cual sus miembros consideran esencial para su funcionamiento.
Un aspecto destacado de las modificaciones es el fortalecimiento de la no partidacidad de la ANC, lo que indica la intención de desvincularse de las formaciones políticas independentistas. Como resultado de esta reforma, la organización ha decidido que no impulsará, promoverá ni participará en elecciones de ningún tipo, ni de manera directa ni indirecta. Para que cualquier candidatura electoral sea considerada, se requerirá la aprobación de los socios con una mayoría de al menos el 65% de los votos, según estipulan las nuevas disposiciones. Este cambio podría marcar un nuevo capítulo en la forma en que la ANC se posiciona en el panorama político catalán.
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