Un activista kurdo, junto con su esposa embarazada y su hijo menor de edad, ha visto rechazada su petición de asilo en Barcelona y ahora ha solicitado la suspensión cautelar de su deportación a Irán. La Audiencia Nacional ha rechazado esta solicitud, alegando que a pesar de la discriminación que sufren los kurdos en Irán y su conversión al cristianismo, su situación no es lo suficientemente grave como para considerarla un daño significativo.
El activista y su familia presentaron una solicitud de asilo al llegar a Barcelona, que fue denegada. Como respuesta, su abogado presentó una petición de medidas cautelarísimas para detener la deportación, lo que ha llevado al aplazamiento del vuelo programado para este jueves a las 9.30.
Las autoridades policiales han destacado que la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior examinó dos veces la solicitud de asilo de la familia y que el activista ha presentado contradicciones en sus declaraciones, primero aludiendo a una persecución relacionada con una condena en Irán y posteriormente a motivos religiosos debido a su fe cristiana.
El activista es militante del Partido Democrático del Kurdistán Iraní y ha recibido un informe "favorable" por parte de la Agencia de la ONU para los Refugiados en España para la admisión de su solicitud de asilo.
En respuesta a esta situación, la presidenta del Parlament, Anna Erra, ha enviado una carta al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, instando a que se reconsidere y se cancele la deportación, teniendo en cuenta la situación familiar y personal del activista, así como la situación general de vulneración de derechos humanos en Irán. Además, Erra ha expresado preocupación por las posibles consecuencias de la deportación y ha señalado que el activista está siendo amenazado debido a su religión cristiana evangelista y su participación en movimientos de protesta relacionados con la libertad y los derechos de las mujeres.
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