En la localidad de Paüls, Tarragona, un incendio forestal continúa causando estragos, afectando ya a más de 2.300 hectáreas de terreno. La situación se mantiene crítica, obligando a las autoridades a implementar un confinamiento para más de 2.000 ciudadanos. El único área donde se ha logrado levantar este confinamiento es en el barrio de Remolins, en Tortosa.

La consellera de Interior y Seguridad Pública de la Generalitat, Núria Parlon, ha subrayado la urgencia de la situación, instando a la población de las zonas adyacentes, como Alfara de Carles y Xerta, a actuar con precaución mientras los servicios de emergencia trabajan arduamente. Las autoridades han resaltado la importancia de seguir las recomendaciones de Protección Civil para garantizar la seguridad de los residentes.

Parlon destacó la llegada de 104 efectivos de la Unidad Militar de Emergencia (UME) al área afectada, un refuerzo necesario tras la estabilización de otro incendio en la región de Lleida, lo que ha permitido trasladar recursos a Paüls. La consellera enfatizó que no se prevén evacuaciones adicionales, optándose por el confinamiento para proteger mejor a la población en riesgo.

El inspector David Borrell, jefe de los Bombers de la Generalitat, comentó que las condiciones meteorológicas han complicado significativamente la lucha contra el fuego. Un viento sorprendentemente fuerte, que alcanzó velocidades de hasta 90 kilómetros por hora, dificultó los esfuerzos de extinción en la noche del lunes, obligando a los equipos a trabajar en condiciones extremadamente difíciles.

Ante esta adversidad, Borrell aseguró que el enfoque principal de las labores se centra en el flanco izquierdo del incendio, con el objetivo de prevenir que las llamas crucen el río Ebro. A medida que el viento comienza a cambiar, se espera que las condiciones mejoren, lo que podría permitir un mejor manejo del incendio a lo largo del día.