En un giro lamentable de los acontecimientos, la Abadía de Montserrat ha manifestado su repudio absoluto hacia las acciones de un monje de su comunidad, quien ha sido recientemente condenado por abusos sexuales. Esta condena marca un momento crítico en un entorno que se ha esforzado por mantener los principios y valores que caracterizan a la institución. Según la Abadía, la conducta del acusado se encuentra "totalmente contraria a los valores y principios que defiende e intenta vivir cada día".
La Audiencia de Barcelona dictó sentencia el 11 de noviembre, imponiendo una pena de dos años de prisión a un monje de 39 años por abusar sexualmente de un menor de 17 en 2019. Este suceso ha sacudido los cimientos de la comunidad religiosa, que ahora debe confrontar las repercusiones de este acto deplorable. La sala de juicio, tras escuchar los hechos y la declaración del acusado, consideró que los abusos fueron parte de un delito continuado, teniendo en cuenta atenuantes como la reparación parcial del daño y el reconocimiento de culpabilidad por parte del monje.
El tribunal no solo estableció una pena de prisión, sino que además impuso una serie de restricciones severas al condenado. Estas incluyen la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 1.000 metros y la prohibición de comunicación durante seis años. Asimismo, el acusado estará bajo libertad vigilada durante cinco años y no podrá ejercer ningún tipo de actividad que implique contacto regular con menores de edad tras cumplir su condena.
La relación entre el monje y la víctima, que comenzó como una interacción aparentemente inocente, se tornó oscura cuando el acusado invitó al joven a un fin de semana en el monasterio. Durante ese tiempo, el monje incitó al menor a consumir alcohol con la intención manifiesta de facilitar relaciones sexuales. La situación se complicó debido a la diferencia de edad y la influencia del acusado, quien aprovechó la vulnerabilidad de la víctima, que se sentía incómoda pero no logró comunicar abiertamente sus sentimientos debido a su situación de semiembriaguez.
El impacto de estos actos ha sido devastador para la víctima, quien ha sufrido trastorno por estrés postraumático y ha necesitado psicoterapia, lo cual lo llevó a presentar una denuncia formal. Ante la falta de recursos del culpable, la Abadía asumirá el pago de la indemnización de 20.000 euros que se le ha concedido a la víctima, reiterando su compromiso de hacer justicia y ofrecer reparaciones.
Desde la Abadía de Montserrat, se expresa una profunda vergüenza por lo ocurrido. En un comunicado oficial, se pidió perdón a la víctima y se enfatizó la determinación de colaborar en un proceso de justicia restaurativa para ayudar en su recuperación. La Abadía ha asegurado que el compromiso con la justicia y el bienestar de la víctima es una prioridad, y continuará brindando apoyo a lo largo de este proceso difícil.
Además, se ha indicado que, tan pronto como se tuvieron noticias sobre el caso, se inició una investigación de otros posibles abusos dentro de la comunidad, aunque hasta el momento no se han identificado más víctimas. La Abadía ha prometido que, al concluir el proceso penal, se llevará a cabo un proceso canónico correspondiente, manteniendo vigentes las medidas cautelares que se impusieron inicialmente, que incluyen la prohibición al condenado de ejercer cualquier ministerio y su alejamiento del monasterio.
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