El Gobierno Vasco asume la representación de las comunidades pesqueras ante la Unión Europea, marcando un nuevo capítulo en el ámbito pesquero. En una conferencia de prensa celebrada el 14 de julio en Barcelona, el conseller Òscar Ordeig, de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat, enfatizó la necesidad de que Bruselas adopte un enfoque más comprensivo hacia la economía azul, señalando que no se puede decidir sobre la pesca en Europa sin considerar a las administraciones locales que operan en los mares de Cantábrico y Mediterráneo, así como a las cofradías y entidades medioambientales.
La entrega de esta representación al País Vasco coincide con la finalización de los seis meses que Catalunya mantuvo esta responsabilidad en la reunión del Consejo de Ministros de Pesca y Agricultura de la UE. Ordeig subrayó que el sector pesquero ha sufrido una reducción significativa, con una disminución del 50% en la flota en las últimas dos décadas, cuestionando si la alimentación futura debe depender de pescado importado o si es viable un modelo autosuficiente en el que se aprovechen los recursos locales del mar.
El conseller se centró en la necesidad de implementar cambios en las políticas pesqueras que aborden tres pilares fundamentales: la sostenibilidad ambiental, social y económica. Destacó la importancia de colaborar con centros científicos que aporten datos fiables para respaldar las decisiones necesarias en materia de pesca, y abogó por una visión de la pesca en el Cantábrico y Mediterráneo que favorezca una política de futuro en lugar de propiciar su desaparición.
Por su parte, Amaia Barredo, consellera de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, asumió el reto de representar a las comunidades pesqueras en la UE con la intención de revertir una situación compleja que ha generado paradas inesperadas y pérdidas económicas en el sector. Barredo remarcó que, aunque la sostenibilidad ha sido un pilar en las discusiones previas, ha habido un desbalance al priorizar la sostenibilidad ambiental sobre la componente económica y social que también necesita atención.
Reiteró la relevancia del sector pesquero como generador de cultura y patrimonio, además de ser un recurso esencial para la alimentación. Barredo se mostró decidida a proponer políticas que aseguren la continuidad de la flota pesquera y a gestionar las reducciones de cuotas de manera planificada, advirtiendo que no se pueden implantar cambios drásticos sin considerar el impacto en la vida de quienes dependen de esta actividad.
La consellera también abordó los desafíos actuales que enfrenta el sector agroalimentario, señalando que la incertidumbre económica y los aumentos arancelarios amenazan tanto a los productores como a los exportadores en el ámbito pesquero. En cuanto a la gestión forestal, Ordeig anunció la presentación de un conjunto de medidas en este ámbito, tomando como referencia el exitoso modelo del País Vasco, que podría servir como guía para fortalecer la industria de la madera.
En otro contexto, el aumento de incendios durante la festividad de Sant Joan en comparación con el resto del año, relacionado con la campaña de siega, fue destacado por Ordeig, quien enfatizó la necesidad de abordar la respuesta a estas emergencias con celeridad y eficacia.
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